Pipo, que no se te hierva el agua!

Lleno la pava de agua, y prendo la hornalla para ponerla a calentar. Aún entre dormido y casi en penumbras, me apoyo de espalda en la mesada, con los brazos entrecruzados y la cabeza gacha, como si quisiera dormir 5 minutos más. Adentro de la casa todos duermen, y el silencio absoluto es interrumpido exclusivamente por el ruido del gas quemándose bajo la pava. Tendré una hora, o una hora y media, para mí. Cómo disfruto estar solo a la mañana! Sin esperar que me llegue el turno para el mate, ni tener que privarme de ponerme en la computadora para conversar de temas irrelevantes! Primero voy a leer el diario. No porque me interese si el mundo está por venirse abajo, o las últimas repercusiones del discurso de Macri. Tengo que ver si hay indicios de que cambie la taba y podamos, por fin, ganar un partido en este 2018.

Rompiendo la inercia, busco el mate de calabaza. Ese al que todos tienen prohibido echarle azúcar, así no me lo arruinan. Meticuloso, lo cargo con yerba, a rigurosos dos tercios, y tapándole la boca con la mano, lo sacudo un poco para sacarle el polvillo. Le echo un poco de agua fría para mojar la yerba y lo dejo en reposo. Ojalá el Pipo esté pensando así, detalladamente, cada alternativa del partido. Cada detalle. Cada mínimo detalle. Con suma concentración. Porque a este partido lo tenemos que ganar. No me rompan las bolas con que es Independiente, el gran Campeón de América, y último campeón de la Sudamericana. No. Este equipo viene de perder con el Deportivo Lara. De Venezuela. Así es que Pipo, ponete las pilas y pensalo bien al partido. No te distraigas con boludeces!

El agua, hirviendo, ya burbujea con fuerza, mientras la tapa hace equilibrio por no caerse mientras se aplaude contra la pava. Puta madre! Hace más de 20 años que me fui de San Juan, y ya perdí la costumbre de tomar el mate con el agua hirviendo. Ahora me gusta con el agua menos caliente. Apago la hornalla con fastidio, caliente por el error cometido. Qué raro como se dan las cosas! Lo que daría por unas semitas para acompañar el mate, tal y como lo hacía hace más de 20 años. Por el contrario, de aquella época, lo único que puedo replicar es el agua hirviendo, y ya no me gusta. Abro la alacena, y busco a ver qué hay. Unas Traviatas, un poco de pan de ayer (o de antes de ayer, no lo sé) y una bolsita, ya abierta, con scones. Agarro estos últimos, sonriendo pensando en qué me diría el Sapito Fernández si me viera comiendo scones. Le echo un chorro de agua fría a la pava. Vuelco el agua en el termo, y meto a éste bajo el brazo. Con las manos libres, agarro el mate ya preparado y los scones, y voy a sentarme frente a la compu.

En los diarios de Córdoba, por supuesto, no hacen más que hablar de los equipos de Córdoba. Algún que otro espacio para Boca o River, pero no mucho más. Del partido importante, ese que puede ser bisagra para salir de esta racha, ni noticias. En los diarios de Buenos Aires, todavía están más pendientes del partido por la Copa y del embargo a Moyano, que por el próximo encuentro. Perfecto! Eso quiere decir, que no nos están dando demasiada importancia. Entro entonces en los diarios locales. Meto el primer sorbo al mate, y me quemo hasta los dientes.

En el primer portal, ya empezamos mal: Nota a Spinelli! Noooo!!! No lo agranden!!! Díganle que metió esos goles de ojete!!! Que corrió poco, que no apuró la salida de los defensores. Que si no mejora, Molina le saca el puesto! No sé, díganle que si no la mete con Independiente, en la

Comisión están pensando en mandarlo de vuelta a Tigre, para que lo den a préstamo para jugar en la reserva de Racing de Nueva Italia. Así se rompe más el tujes y que no se achanche!

Doy el segundo sorbo, y me quemo de nuevo. Ya siento los flecos en el paladar…

Me voy a otro portal: leo que nunca nos ganaron en el Hilario Sánchez. Cagamos! Son mufa estos periodistas! Siempre la mufan con esas estadísticas! Déjense de joder! No publiquen más estadísticas! O por qué no esperan a que seamos visitantes, y ponen que nunca ganamos en Avellaneda? Un rayo me cruza la memoria, y recuerdo que la semana pasada, algo así habían puesto antes de la visita a la Bombonera. Me cago en las estadísticas!

Me levanto a echarle otro chorro de agua fría al termo.

Veo en otro sitio cómo viene el historial: 10 partidos. 3 para cada uno. 4 empates. Bien parejo. Consulto un portal de apuestas: San Martín paga 3,75 y los diablos rojos 2,20. Ehhh! Qué poca confianza generamos! Mejor así. Que se agranden. Y nos muestren sus debilidades. Quizá tengas que pensar en el contragolpe, Pipo. Esperarlos un poco. Seguro que se nos van a venir.

Vierto nuevamente agua al mate. La yerba ya no flota como debería. Con la cebada anterior, se ve que la quemé.

Voy a otro portal para ver cómo estamos en la tabla. A 6 de Sudamericana, con 6 equipos en el medio. Uf, está jodido. Y ellos? En zona de Libertadores. Pero ojo! Si les ganamos, por más de un gol, los sacamos de la Copa. Capaz que cuiden el empate. Prestá atención Pipo. Tenés que analizar cómo cambiaríamos el esquema si nos hacen un gol y se cuelgan del travesaño. Acordate: tenés que tener en cuenta todos los detalles!

Meto nuevo sorbo, y ahora el agua está fría. La puta madre! Me zampo un scon, para ver si me saco el gusto amargo de la boca. No puede ser! Está húmedo.

Bah! Primero tenemos que cerrar nuestro arco. Volver al cero. Que no nos conviertan. De local, alguno tenemos que meter nosotros. Salvo contra Tigre, no nos vamos sin marcar. La gente empuja. Y contra estos pecho frío, la gente va a pesar. Y la gente va a acompañar. Porque queremos salir de este pozo. Entonces no, Pipo. No especulemos. Tenemos que arrasar de entrada. Hacerles sentir la localía. Si les hacemos un gol antes de los 20’, se ponen nerviosos. Y ahí los terminamos de vacunar.

Le doy otra oportunidad al mate, por si se calentó la yerba. No hay caso. Es una porquería. Lo único que falta para cagarme la mañana, es que los otros se levanten temprano y me caguen la mañana. Me levanto a poner nuevamente la pava, a arreglar el mate, y arrancar de nuevo.

Déjate de joder! No estamos para mirar la tabla de las copas. A cuanto estamos del promedio? Abro otro sitio que está bastante completito. Podríamos estar tranquilos este año. Pero cómo arrancamos el año que viene? Uhhh! Arrancamos mal.

Me mando otro scon, olvidándome de que están húmedos.

Muy mal. Si se van los 4 que se irían ahora, arrancamos 22 de 24. Solo con Belgrano y Temperley abajo, más los 2 que asciendan. Uh, Pipo! A este dato no podés dejarlo de lado! Pipo! No nos durmamos! Tenemos que sumar! La puta madre! Tenemos que sumar!!!

Escucho nuevamente el burbujear del agua hirviendo. La tapa finalmente se cae de la pava, y el agua apaga la hornalla. Salgo cagando a cerrar el gas. A esta altura, tiro una nueva puteada, y desisto ya de arreglar el mate.

Vuelvo a mirar la tabla del promedio. Consulto las próximas fechas. Newell’s, Gimnasia, Unión, Huracán. Todos nos van a jugar con los dientes apretados, peleando por algo. Si llegamos con bajón anímico, se va a hacer muy cuesta arriba! Pipo, tenés que tener en cuenta el estado anímico de los jugadores! Al que no lo veas bien, no lo pongas! Porque si perdemos con el Rojo, estamos en el horno!

Mientras siento los músculos tensos (los de la cara, las manos, los hombros), trato de tranquilizarme pensando que no, que nada drástico va a pasar. Que a partir de ahora toca despegar. Que esto no se puede poner más feo.

Escucho una puerta que se abre, y una voz que me dice:

– Buenos días! Tomamos unos mates?

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