Cada noche apoya la cabeza sobre su almohada, soñando con llegar a ser una futbolista profesional y jugar una Copa Libertadores con su amado Boca. Sin embargo, disfruta cada minuto que pasa en su club, con sus compañeras, entrenando y jugando. Roxana Sánchez tiene 24 años y luce con orgullo la camiseta del club Unión Vecinal Barrio Aramburu. Si bien juega de delantera por derecha y esa es la posición en la que más cómoda se siente, no descarta jugar en otra.
La joven respira fútbol desde que tiene noción. Es el deporte que ama, que la hace feliz. “Mi familia está compuesta por mis padres y cinco hermanos, todos varones. De niña ellos me inculcaron el esa pasión. Mi viejo, re futbolero, cuando era una beba me llevaba a la cancha con un mi tío Alejandro. En muchos aspectos diría que es mi cable a tierra. Al principio jugaba en campeonatos que organizaba el barrio, obviamente mixtos porque antes el fútbol sólo era para nenes, y con mucha insistencia me dejaban jugar”, contó a La Excusa Deportiva.
Ya siendo un poco más grande se anotó en Santo Domingo y comenzó a “jugar de manera más seria”, como ella misma lo define. Luego pasó a Peñarol hasta que comenzó la Liga Sanjuanina de Fútbol Femenino, hace 3 años. “Ahí me sumé a Colon Junior, jugué un año ahí hasta que pasé a Aramburu”, agregó Roxana, cuyos ídolos son Alex Morgan, Megan Rapino y Lucho Suárez.
Al momento de definir el club por el que cada día deja la vida, no duda: “es humilde. Desde dirigentes hasta quienes están en la puerta para darte ingreso… Todos. Los encontrás siempre a disposición, ante cualquier problema personal, económico o lo que fuera, ellos están presentes. En cuanto a nuestra disciplina y como grupo, ahí no sólo se trabaja en la cancha o entrenamientos, Desde fuera también se labura ya sea para ayudar a alguna compañera que esté pasando por un mal momento. Ahí también entra la colaboración de los dirigentes, para juntar dinero y comprar algunos elementos de trabajo, indumentaria. Hasta hacemos pollos para vender. Es un grupo muy unido, estamos todas para todas, es así”, sostuvo quien supo formar parte del seleccionado sanjuanino de fútbol.
Con respecto al nuevo parate por la pandemia, Sánchez señaló que si bien no están entrenando, igualmente siguen en movimiento para no dar ventajas desde lo físico. “Algunas desde sus casas y otras en turnos de dos compañeras en un mini gimnasio que nos armaron nuestros técnicos. Tenemos un objetivo y claramente para llegar hay que trabajar. A la suerte hay que ayudarla”.
Pero no sólo jugar en el Xeneize la desvela. También quiere salir campeona de la Liga con Aramburu. “Me encantaría vivir del fútbol, que fuera mi trabajo. Amo el fútbol, lo lloro, lo río, me frustro. Lo disfruto de muchas maneras: viéndolo, jugándolo, discutiendo con alguien por diferencias de equipo o cuando hay que cargar a alguien”.
Aramburu comenzó en la B pero con mucho esfuerzo y ganas de superarse, las chicas lograron el tan ansiado ascenso a Primera. De ser un equipo al que le hacían cinco goles por partido y que festejaba los empates como un campeonato, a codearse con los grandes. “Todo es dedicación y ganas. Hoy nos sigue costando pero ya no tanto”, señaló. “No me considero rústica, me gustan los enganches y las gambetas”, concluyó.