Pedro Terrero, el veloz volante mendocino que tiene de ídolo a su papá y busca seguir triunfando en Atenas

No lo duda. No es Messi ni Diego. No juega en en Europa ni la rompió en un mundial. Tampoco sacó campeón a Boca o River. Al momento de responder quién es su ídolo, responde con seguridad: «mi viejo», contó Pedro Terrero, volante de Atenas, en diálogo con La Excusa Deportiva. Y es que fue él, nada menos, el encarcado de inclulcarle el amor por la redonda, la pasión y la perseverancia.

«Se llama Oscar y también era futbolista. Yo lo vi jugar cuando ya era grande. Estuvo en el sur, tuvo posibilidades de jugar en Platense y San Lorenzo pero por cuestiones de la vida optó por su trabajo en el Ejército. Mi papá hizo todo lo posible para que yo fuera jugador de fútbol y eso no lo voy a olvidar más, por eso es mi idolo», aseguró el mendocino.

Pedro dio sus primeros pasos en el deporte en la vecina provincia. «Ahí jugué hasta los 15 años. Después me vine a vivir a San Juan con mi familia. Llegué a Juventud Unida porque la mayoría de mis primos jugaban ahí. Despues pasé a Atenas y Desamparados, donde participé del Federal B, y por Unión en el Federal A. Después pasé por Alianza. Ahí estuve dos años y medio, jugando el Regional. Volví a Unión y hoy en Atenas nuevamente», sostuvo.

Terrero se define como un jugador que «trata de hacer el ida y vuelta por la banda, por momentos soltarme, agarrar la pelota y cuando se puede aprovechar mi velocidad».

Hincha de Boca y de Godoy Cruz, guarda un lugar en su corazón para cada título que le tocó ganar. «Salí campeón cinco veces: tres con Atenas, una con Alianza y una con deportivo rincón de Neuquén». «¿El peor momento? Cuando me fracturé la clavícula, pero pude volver con fuerza a jugar», recordó.

Así como él aprendió a amar el fútbol de la mano de su padre, sueña que sus hijos pasen por la misma experiencia. «Tengo 2 varones uno de 7 años y otro de 9. Gracias a Dios siguen la misma pasión y estan jugando en escuelita de fútbol. Es una felicidad muy grande verlos jugar», dijo.

Pedro Terrero, de 32 años, ansía con poder ver a sus hijos «llegar lejos en esta carrera tan linda pero dura a la vez», además de seguir cosechando títulos en el Mirasol de Pocito.

Entradas relacionadas