Milagros Molina, la ‘loba’ sarmientina que va por todo

Cuando sólo era una nena, la rompía jugando al fútbol en la calle con vecinos y amigos. Siempre se prendía en el picadito, no había espacio para una negativa cuando la pelota empezaba a rodar. A medida que fue creciendo, Milagros Molina se dio cuenta que ya no se conformaba con salir un rato a ‘despuntar el vicio’ sino que quería ir más allá. Un día Las Lobas se cruzó en su camino y ya nada fue igual.

Mili, como le dicen quienes la conocen, tiene 21 años y juega de seis en su equipo, aunque sus inicios fueron como goleadora. «Cuando tenía 15 años me invitaron a un campeonato de barrio y al tiempo, una jugadora que actualmente es la presidenta del Club Las Lobas de Sarmiento me invito a ser parte del club», señaló en diálogo con La Excusa Deportiva.

«Al principio empecé jugando adelante, tuve un buen rendimiento y gracias a eso me seleccionaron para los bi nacionales. Hoy en día juego en la defensa. Me considero una jugadora con rendimiento bueno dentro de la cancha, siempre intentando aportar al equipo», agregó.

Como no podía ser de otra manera, para Milagros el fútbol es muy importante en su vida, «no tan sólo por poder practicarlo sino que también porque vengo de una familia futbolera. Soy fanática del fútbol, tanto como femenino como masculino», confesó esta hincha de Boca cuya referente en el deporte es Lorena Benítez, mediocampista del Xeneize que fue elegida como la mejor jugadora del torneo nacional de fútbol femenino que acaba de finalizar. «Espero en algún momento conocerla personalmente», confesó Mili.

La familia de Milagros está compuesta por sus abuelos, su mamá, dos hermanos más chicos y un tío. Además, ahora está enfocada en la posibilidad de terminar el secundario. «Curso en una nocturna, este es mi último año. Además, si bien no tengo un trabajo fijo, cuando me necesitan ayudo en una tienda en atención al público», sostuvo.

Pese a su corta carrera, la joven ya ganó un campeonato de futsal, algunas ligas sarmientinas y además obtuvo un cuarto puesto en la Liga Sanjuanina. «Cuando me pongo la camiseta de mi equipo siento satisfacción, emoción, adrenalina y muchas ganas de defenderla». Y al momento de soñar, no anda con vueltas. «Me gustaría poder jugar profesionalmente… y si es en Boca, mejor», finalizó.

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