Amelia Zavalla: la sanjuanina que imparte justicia en las canchas de rugby

Amelia Zavalla es una sanjuanina de 44 años, impulsora del rugby en Cuyo. Su apegó a la guinda por su relación de sangre primero, y por un gran amor después; y siempre sintiendo el juego desde una grada. Pero un buen día, lejos de su tierra, descubrió que desde adentro de la cancha se viven otras emociones.

Actualmente es jugadora del Jockey Club de San Juan, pero su fuerte es el arbitraje.

Amelia es madre de cuatro hijos: Manuela de 21 años, quien además es jugadora, Valentina de 20, Nahuel de 17 también rugbier y Lourdes de 14, que sigue los caminos de su mamá. Y reparte sus tiempos con sus roles y disfruta cada momento.

Es una de las dos árbitro de Cuyo de la UAR, junto a Nerea Livonni de San Luis, pero es la única en educar a nuevos referees y certificarlos a nivel nacional. Es árbitro internacional, dirigió sudamericanos femeninos, torneos “Valentín Martines”, Juegos Bolivarianos y participó de las Olimpiadas Juveniles. Ahora dirige en el Torneo Regional Cuyano “Top 8” y pronto dirigirá los Nacionales femenino, de Clubes, Seven de la República y más. La dama es imponente en este deporte y con fuerte carácter contagia el sentir por la ovalada.

Sin prejuicios ni frenos, Amelia pudo cumplir su sueño como jugadora, pero su fuerte es el referato.

Bendita tú eres. Amelia sabe lidiar con los hombres, pone orden dentro de la cancha.

Su inicio como jugadora

Amelia fue contagiada por su hermano mayor, pero después se enamoró de quien es el padre de sus hijos, también rugbier. Con él se fue a vivir a los Estados Unidos y fue cuando descubrió que estar adentro de la cancha y jugar tenía otro sabor. “Fue en Estados Unidos donde pude al fin comenzar a jugar al rugby en un club de Carolina del Norte durante dos años. Jugaba de segunda línea en rugby XV. Fue un sueño cumplido”, contó Amelia.

Con el arbitraje sus comienzos fueron en San Juan, donde el rugby femenino aún no tenía su lugar. Y en cuanto se formó el primer equipo, ella no lo dudó.

“Jugando en Jockey formé parte del equipo de entrenadores de M13 y ahí me surgieron todas las dudas reglamentarias. Por eso empecé los cursos de referee para saber que podían o no hacer los chicos, para entender mejor el juego, y me encantó. Gustavo Pérez -gran árbitro sanjuanino- me incentivó a continuar y me llevó de lineman a sus partidos”, contó.

-¿Sufriste el machismo?

-No es fácil esta profesión. El árbitro siempre es el malo de la película. A los varones les costó un poco acostumbrarse a ver una mujer dentro de la cancha. En algunas ocasiones sentí que por ser mujer no me tenían en cuenta o no confiaban en mi desempeño, pero no fue algo que me preocupó y menos me desmotivó, al contrario. Sabía que me iba a costar un poco pero al poco tiempo me convocaron para ser árbitro del Panel UAR y comenzaron las designaciones a nivel nacional (en femenino). Me asignaron tareas como enlace para recibir a referees internacionales que venían a dirigir en partidos de Los Pumas y eso fue muy motivante. Y terminó por enamorarme por completo. Por suerte las personas con una mentalidad machista son los menos y este deporte se basa fundamentalmente en el respeto. Supongo que para esos menos no es fácil aceptar que venga una mujer a hablarles de rugby, que les discuta y que además tenga razón, por eso los entiendo. En definitiva una de los valores primordiales del referee es la empatía.

-¿Cuál es tu deseo con respecto al rugby y el referato?

-Qué más chicas se enamoren del referato sería genial. Es tan lindo jugar, pero no es fácil reclutar nuevas árbitros. Se pueden hacer ambas cosas, de hecho yo todavía juego. El crecimiento del rugby de mujeres viene muy fuerte, jamás lo hubiese imaginado. Faltaría que los dirigentes de los clubes y las uniones entiendan que solo es más rugby, es una categoría más, que se juega con la misma pelota, el mismo reglamento (en modalidad seven por el momento) y en la misma cancha.

-¿Qué cambiarías vos?

-Los prejuicios de que el rugby es violento y el machismo. Todo lo demás que deseaba, esta pasando: hay más competencia, equipos, difusión, calidad y viene con una inercia difícil de detener.

 

FUENTE: Losandes.com.ar

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