Empezó a jugar cuando era muy chiquito. Tenía sólo 4 años cuando lo único en lo que pensaba era en correr detrás de la pelota. Fue amor a primera vista. Por eso arrancó en una escuelita donde le inculcaron los valores iniciales y luego se fue a San Martín, donde permaneció por dos años. Allí apareció una de las oportunidades de su vida y se fue, a muy corta edad, a San Lorenzo de Almagro. «Estuve viviendo en el club, en la pensión. Compartí momentos con Ángel Correa, Ezequiel Montagna,…
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