No cualquiera tiene la posibilidad de jugar en el club del que es hincha. Se siente diferente, se vive diferente. Y si se es fanático, todavía más. Ese es el caso de Agustín Atampiz, enfermo de Marquesado, quien a sus 23 años recuerda cada instante del día en que lo llamaron para sumarse a la Primera del Tricolor. “Ese día me tocaba jugar en Cuarta contra 9 de Julio, me estaba yendo con un primo. Cuando estaba comprando un sándwich en un negocio, me llamó el DT y me dijo…
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