El año 2022 para Jenifer Bolado fue fantástico, ya que tuvo logros internacionales de gran importancia y también en el ámbito nacional. La medalla de plata lograda en los Juegos de la Juventud en Rosario, su participación en el Panamericano de México y el Mundial de Turquía, convirtiéndose en la primera karateca sanjuanina en ir a un mundial, hicieron que ese año sea inolvidable para ella, pero la vida continúa y los deportistas renuevan sus ilusiones y objetivos cada día.
Deportivamente, el 2023 ya comenzó para Jenifer, pues este jueves recibió la convocatoria de la Federación argentina para entrenar con la selección argentina en el CeNARD desde el 27 de febrero hasta el 3 de marzo.
Jenifer Bolado dijo que “esta es la primera convocatoria del año y ya el 11 de marzo tengo el primer torneo nacional que se realiza en Córdoba; se trata de un Open femenino, solamente competencia de mujeres”, dijo entusiasmada la deportista de Alto Rendimiento de la Secretaría de Deportes”.
También para Celeste Ángel el 2022 fue un gran año, donde confirmó con resultados la gran tarea que venía haciendo, coronando con una medalla de plata en Juegos Binacionales, en una final a la que no llegó en óptimas condiciones por una lesión. Además, integró un programa de talentos de la selección argentina y ya en el inicio de este año fue convocada por la Confederación Argentina de Taekwondo para el primer Campus nacional para deportistas nacidos entre 2006 y 2008.
Estos entrenamientos se realizaron el 29 de enero y 5 de febrero y los horarios, dentro del CeNARD fueron de 9 a 12 horas, donde los trabajos consistieron en entrada en calor, luego técnico y posteriormente combate. Por la tarde, de 17 a 20 horas, variaban las tareas entre combate, técnico, fuerza y resistencia, siendo pesados cada mañana antes del desayuno y de las tareas a cargo de los instructores Fernanda Garrido Otero y Jeo Baeza.
Al respecto, Celeste Ángel expresó que «para mí es algo maravilloso; que te llamen y estar en ese lugar. Ya estar entrenando adelante de los Sabonim (profesores), es algo que no se puede explicar, los nervios y la emoción. Es una experiencia maravillosa, me enseñaron cosas que no sabía, que resultan, funcionan. Le quiero agradecer tanto a mi madre y a mi Sabon, Sebastián Flichman, por apoyarme y no dejarme rendir; gracias a ellos pude llegar a lo que todo deportista quiere”, dijo la taekwondista barrealina.