No hace falta preguntarle demasiado para darse cuenta que ama el fútbol con locura. Lo siente, lo vive, lo respira. Adora entrenar, jugar, verlo. Con 27 años, Victoria Aymará Díaz es la enganche del Club Social Astica de Valle Fértil, equipo que se encuentra disputando actualmente la Copa de Campeones.
«Nuestro pueblo es muy futbolero, desde chica jugaba en las calles del barrio, en la escuela. Comencé a competir o a entrenar para unos juegos Evita, a los que después no pude asistir. Pero seguí jugando en cancha de 7 con amigas todos los días. En los equipos habían mujeres de todas las edades, de 15 hasta 50 años. Ahí nuestros amigos comenzaron a enseñarnos muchas cosas sobre el fútbol, sobre todo el manejo, control y como pegarle a la pelota», recordó en diálogo con La Excusa Deportiva.
«A los 18, en mi último año de secundario, tuve la oportunidad de jugar en un club de Rawson. Tenía que viajar todos los fines de semana a entrenar y mis papás me apoyaron muchísimo. Eso me abrió las puertas para viajar a los juegos Binacionales en Chile. Luego, por cuestiones de estudio, me fui a la ciudad y comencé a entrenar Futsal en Alianza», agregó.
En ese entonces comenzó el auge del fútbol femenino en la provincia y Vicky empezó a practicarlo en Las Morochas del Este, un equipo de 9 de Julio. Ya sobre el fin de la pandemia, cuando todo comenzó a habilitarse nuevamente, retomó las prácticas.
«Entrenábamos en la cancha de Alemajube y ahí es cuando noté que el fútbol femenino había crecido muchísimo. Al tener un hijo a veces se me complica ir, pero mi pareja, mis hermanos y mis papás lo cuidan cada vez que tengo que entrenar o viajar», sostiene agradecida.
En cuanto a ese crecimiento, la joven fanática de River y de Marta, la crack brasilera, asegura que la pone muy feliz y lo nota en el día a día. «Después de mucho tiempo el fútbol femenino comenzó a ser visible y apoyado; y llegó por fin el primer campeonato oficial de la liga vallista. En esta liga competimos con otros 6 equipos y hoy en día estamos representando a todo Valle Fértil en la Copa de Campeones», dice con orgullo.
«La sensación de que esto crecerá más, que lo podrán disfrutar un montón de generaciones que vienen detrás nuestro… Abrir puertas es duro, porque esta lucha de la visibilización del fútbol femenino es un trabajo que viene desde hace tantos años, y hoy en día es una realidad, y quedará plasmado en la memoria de todas las chicas que hoy están disfrutando este torneo», indicó.
Para ejemplificar lo que cuenta, comentó que Astica es un pueblo muy futbolero. Los grandes eventos eran cuando la primera jugaba los torneos departamentales, e íbamos todas a apoyarlos. Las mujeres por lo general se encargaban de preparar la comida, vender entradas, vender bebida, y hoy en día esos mismos chicos, ex jugadores y simpatizantes del club están para nosotras hasta en el más mínimo detalle cuando viajamos y obviamente cuando jugamos de local: nos cocinaron, nos ofrecieron hospedaje, nos compraron fruta e hidratación. Para nosotros fue un mimo gigante, porque ellos se encargaron de todo para que nosotros sólo pensemos en el partido y estamos muy agadecidas».
Victoria sueña con seguir aprendiendo pero sobre todo con que el fútbol femenino siga creciendo. «Soy muy repetitiva en esto, pero creo que se puede lograr, alcanzar un nivel muy alto con todas las deportistas que hay tanto en mi departamento como en todo San Juan, ojalá un día tengamos chicas jugando en otros países o en la Selección. Me encantaría ser participe de ello, como jugadora o como parte de la comisión de mi club», concluyó.