Está sin dudas en ese top five imaginario de los mejores deportistas sanjuaninos de la historia. Tiene uno de los mayores tesoros que puede atesorar un atleta: una medalla olímpica. Con el plus de ser el único nacido en nuestra provincia que lo hizo en un deporte «habitual» de los Juegos Olímpicos, ya que los medallistas de oro con el hockey sobre patines en «Barcelona 92» obtuvieron esa presea siendo una disciplina de «exhibición».
Raúl Quiroga, hoy de 59 años y siendo ese gigante que martirizaba a las defensas rivales con sus sablazos desde los 197 centímetros de estatura, tiene en su curriculum el bronce obtenido junto a la Selección Argentina de vóleibol en «Seúl 88». Otro ítem que lo pone en ese Olimpo de los más destacados de San Juan es el tercer puesto en el Mundial de 1982. Pero eso no es todo: el player formado en Obras Sanitarias, hoy radicado en Buenos Aires, cuenta con un diploma olímpico merced al sexto puesto en «Los Angeles 84». Por eso, es como pocos una palabra realmente autorizada para analizar la enorme actuación de los conducidos por Marcelo Méndez en «Tokio 2020». Opinar del juego de un plantel que tiene a tres comprovincianos suyos que lo hacen sentir un enorme «orgullo». Comentar que a San Juan le temen en el vóleibol nacional y que por eso no es casualidad que en un plantel de 12 players, un 25% sea de nuestra provincia. Analizar lo que viene y resaltar que tiene una gran ilusión por, al menos igualar, lo hecho en Corea del Sur hace 33 años.
Y, obviamente, dar detalles de lo táctico y enumerar dónde está la clave de este equipo «que juega un vóleibol como hacía mucho tiempo no veía en una Selección Argentina».
-¿Cómo vive este momento siendo alguien que sabe lo que es una medalla olímpica?
-Lo transito con una enorme alegría. Contento. Feliz de ver que estos chicos tienen a la Selección Argentina entre los cuatro mejores seleccionados del mundo en un Juego Olímpico. Esto es muy importante, termine como termine el torneo. La verdad que hacía mucho tiempo que no veía un combinado de nuestro país que juegue de esta forma. Tan prolijo y con mucho aplomo.
-¿Piensa que una medalla es posible?
-Quiero ir paso a paso como diría el gran Mostaza Merlo (sonríe), pero obviamente tengo una gran ilusión por este equipo. Este equipo juega bien y no sólo lo hace por momentos, mantiene ese nivel tan alto que hace falta para llegar a una semifinal de un Juego Olímpico. Ahí está la clave de por qué mi ilusión. Vos podés jugar un rato bien y después te vas de partido: este equipo juega bien la mayor parte del partido y eso es vital para soñar con una medalla.
-¿Qué paralelismo ve con el plantel de Seúl?
-Bueno… siento que hay diferencias grandes, más allá de la metamorfosis que ha tenido el vóleibol a este nivel. Siento que nosotros aquella vez íbamos a ganar una medalla. No a ver qué pasaba, sino con la certeza de haber recorrido un proceso largo que tuvo ahí su pico con ese bronce. Este equipo lo veo como que ha ido dándose cuenta en el camino que es capaz de lograr algo tan trascendente como una medalla. No está mal ni bien, son procesos distintos y equipos diferentes.
-¿Qué otros argumentos le ve a esta selección para estar donde está?
-La madurez. Es un equipo que no tiene superdotados a nivel físico como otras potencias, pero sabe muy bien a qué jugar y cuándo jugar. Por ejemplo, entendieron que nuestro negocio al ser más bajos que el resto está en el pegar buscando el fondo de la cancha. Hacer del manos y afuera todo un mérito en ataque, y en ese camino estamos. No equivocarse en pegar abajo y plano, para darle más chances a los enormes bloqueos de los rivales. Uno debe ser inteligente para saber por dónde y cómo jugarle a rivales superiores en lo físico.
-¿Qué puntos altos marca del equipo?
-Los sanjuaninos se merecen un párrafo aparte. Bruno (Lima) es una de las figuras y ya lo había mostrado hace cinco años en «Río 2016», ahora está más consolidado y eso lo hace fundamental para el equipo. (Matías) Sánchez y (Federico) Pereyra están aportando lo que el técnico les pide y eso también es positivo de saber que cuenta con ellos cuando les hace falta. A nivel general, siento que (Facundo) Conte es un plus que tenemos: siento que se quedó con la bronca de haber estado cerca hace cinco años en Brasil y ahora supo canalizar eso a favor. (Luciano) De Cecco, (Sebastián) Solé y (Sebastián) Palacios también se encuentran en un gran momento. Además, el líbero (Danani) está teniendo un torneo superlativo.
-La última, ¿dónde conserva su medalla actualmente?
-(sonríe) Está en un cajón. Hace un tiempo cuando mi hijo iba al colegio algunas veces la saqué para algunos actos y cosas así. La tengo en un cajón pero no arrumbada, sino bien presente. A la medalla la llevo permanentemente en el pecho porque es el orgullo más grande que un deportista puede tener. Es llegar a un lugar donde uno siempre se propuso y hacerlo con tu país es algo inigualable. Ojalá se les dé también a estos chicos. Se lo merecen.
«Siempre en los procesos anteriores de los técnicos en la Selección, el primer año se rindió al 110%. Esta vez no es la excepción y por eso pienso que es el momento indicado para hacer algo realmente grande».
«Todo el país sabe lo que es San Juan en vóleibol. Nos temen porque saben que crecemos con el vóleibol en la sangre y por eso tener tres de nuestros jugadores en el plantel no es para nada una casualidad».
«Disputar un Juego Olímpico es el sueño de todo deportista, pero ganar una medalla es alcanzar un lugar de privilegio realmente. Los que tuvimos ese honor tan grande es algo que no te olvidas nunca más».
Fuente: Diario de Cuyo.