Japón informó hoy que por primera vez superó los 8.000 contagios diarios de coronavirus desde el inicio de la pandemia, una cifra impulsada por los más de 3.000 casos detectados en la capital Tokio, donde se están disputando los Juegos Olímpicos.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, mantendrá durante la jornada una reunión con varios ministros, incluidos el titular de la cartera de Salud, Norihisa Tamura, para abordar la situación, informó la agencia de noticias japonesa Kiodo.
Tokio recibió a los atletas internacionales en medio de un estado de emergencia que regirá hasta el 22 de agosto, pero descartó imponer un confinamiento estricto.
La gobernadora de la capital, Yuriko Koike, subrayó hoy que «el comportamiento de los jóvenes es clave» para quitar presión al sistema sanitario, que ya empieza a sentir la tensión, e instó a la población a evitar «salidas innecesarias y no urgentes».
Por su parte, los gobernadores de tres de las prefecturas que rodean la capital, Chiba, Kanagawa y Saitama, dijeron que están considerando la posibilidad de pedir al Gobierno central ser puestas bajo estado de emergencia para aplicar restricciones que les permitan contener la propagación de la enfermedad.
El estado de emergencia vigente en Tokio restringe el horario de apertura de bares y restaurantes y les prohíbe vender alcohol.
Sin embargo, expertos han advertido de una relajación en su cumplimiento y de un aumento de casos entre los jóvenes en medio de una lenta campaña de vacunación, que ya alcanzó al 25% de la población.
Entretanto, persiste el temor de que los Juegos Olímpicos multipliquen los casos positivos, pese a que los participantes están sometidos a restricciones, como tests frecuentes y limitaciones en sus desplazamientos.
Un total de 124.358 tests de atletas olímpicos y sus equipos efectuados este mes confirmaron solo 22 positivos, según los organizadores de Tokio 2020. La cifra, sin embargo, no incluye las pruebas en los aeropuertos.
El vocero gubernamental Katsunobu Kato pidió a los japoneses que eviten las reuniones y beber en grupos, y les sugirió que sigan «los Juegos Olímpicos desde casa».
Los fans tienen prohibida la entrada en casi todas las sedes olímpicas pero mucho siguen las competiciones fuera de sus domicilios.