Nuevamente el paso del Top Race por el autódromo ‘El Zonda-Eduardo Copello’ lejos estuvo de ser intrascendente. Por eso, fueron consultados tres periodistas que son apasionados por el automovilismo deportivo para que sintetizaran en algunas líneas las impresiones que le quedaron de lo sucedido este fin de semana en la ‘Quebrada Rugiente’. Cada uno por su lado respondió amablemente al convite y el resultado es esta compilación:
Favio Cabrera / Diario de Cuyo
«El domingo no fue sólo que ayudó el clima»
La sensación que me queda es que el Top Race pudo sacar adelante un fin de semana que venía muy complicado, especialmente con el viento Zonda del sábado, que fue muy dañino. No solamente por las estructuras que se dañaron sino que no dejó un buen espectáculo con la pista sucia y el viento en contra. Pero el domingo no fue sólo que ayudó el clima. Las dos carreras de Top Race fueron realmente muy entretenidas, no exentas de toques y polémicas. Especialmente la de Altuna con el toque a De Benedictis, que terminó con una piña a Rodríguez. La verdad es que fue polémica la decisión de sancionar a Altuna.
La lucha entre Canapino y Girolami en la segunda carrera fue muy buena. La actuación de Flaqué, luchando con Canapino en la primer carrera y con Ortelli en la segunda, también es para destacar. Por eso tiene más que merecido el sexto puesto, su mejor resultado en lo que va de la temporada. La sensación que le quedó es que volvió a ser competitivo.
En TR Series, Persia terminó coronando con un podio un fin de semana que venía complicado con una maniobra excelente en un relanzamiento. Es verdad que se vio beneficiado por un toque de González a Crussita, pero se la jugó y le salió muy bien. Descontó en el campeonato.
Da Rold estaba amargadisimo con la rotura de la caja del viernes y la del diferencial, el sábado. Algo que no sucedía hace 12 años en la categoría, y le pasó a él. Remontar hasta el octavo lugar le hizo terminar con una sonrisa.
Fueron buenas carreras, por lo que hay que esperar que la categoría regresará a fin de año, con un evento especial.
Marcos Ponce / Radio Light y diariolaventana.com
«Al automovilismo argentino le sobra un día de competencia»
Las carreras tienen poca lucha en los puestos de importancia. La venta de entradas se desploma año a año y los números del rating lo hicieron bajar del pedestal en el que alguna vez estuvo. Aquellas postales con El Zonda repleto de gente casi volcándose a la pista por la euforia de la definición de la competencia, sólo están en los anales de la Quebrada Rugiente.
La ansiedad y la planificación de los sanjuaninos amantes del automovilismo porque llegaba una competencia nacional, ya no ocurren, ni siquiera para estar presentes para ver quién es el más valiente que pueda desafiar al orgullo fierrero de estas latitudes. Pero, ¿los sanjuaninos son los que rompe y porrazo dejaron de admirar al deporte y a los corredores? La respuesta es simple: NO.
La búsqueda de seguridad, precisión y mayor tecnología fue matando la pasión de los fierreros. No estoy descubriendo nada, incluso ni siquiera son mis palabras ya que le pertenecen a una gloria e ídolo para los sanjuaninos como lo es el Flaco Traverso. La parafernalia colateral de los espectáculos automovilísticos dejaron de lado los asados hechos con jarilla que cubrían de niebla todo el ocho sanjuanino.
De vuelta, ¿la gente se volvió más sofisticada y se cansó de llenarse de humo? Nuevamente la respuesta es…NO…y queda demostrado en competencias fierreras como el Dakar en pleno enero y con temperaturas que superan los 35°, queda demostrado que el folclore se sigue manteniendo y que si le dieran a elegir al aficionado iría siempre al cerro y nunca se gastaría 400 pesos en una entrada a boxes.
El deporte, impulsado por espectáculos temerarios y de mucha lucha en El Zonda, fue considerado el segundo más popular en el país por detrás del fútbol (en el país en que el hombre tiene sólo una pelota en la cabeza). Pero en los últimos años ese lugar fue ocupado por el vóley y por el básquet y es un dato objetivo.
La cantidad de asistentes a los autódromos bajó considerablemente a punto tal que, exceptuando al Turismo Carretera, las categorías argentinas deben regalar un gran porcentaje de entradas para no exhibir las tribunas vacías. El rating televisivo se desplomó incluido en el TC y esto le dio la chance a otros programas o deportes que se animaron a competir los domingos en la mañana con los autos.
Todo esto tiene una sola razón y es que los espectáculos en pista cada vez son peores. Un piloto que tenga una x cantidad de carreras en karting, siga una rutina de entrenamiento ya probada y comprobada y que pueda adoptar un perfil público determinado que sea atractivo para las empresas, es exitoso. Y sino, miremos el ejemplo de Agustín Canapino (que este mediodía se llevó la competencia de la TRV6) que recién probó una auto de carrera a los 18 años y que la única experiencia que tenía era de utilizar simuladores en su casa; esto le sirvió para hoy ser el piloto más exitoso del automovilismo argentino.
El negocio, la tecnología, el show fuera de pista, la seguridad al extremo sin margen al riesgo en un deporte que vive de esto, son las razones por las que la gente dejó de ir al autódromo y de verlo por tele… la falta de lucha en pista y de sorpresa en las definiciones hace pensar que las carreras se definen el sábado en el posicionamiento de la clasificación. Entonces, será hora volver a las bases del automovilismo porque si no se hace… al automovilismo argentino le está sobrando un día, el domingo.
Darío Aballay / Radio La Voz
«Más allá del espectáculo asegurado»
Que el espectáculo deportivo está asegurado en El Zonda, nadie puede negarlo. De hecho las carreras tuvieron condimentos para todos los gustos. Pero lo que tampoco nadie puede negar, es la necesidad de tener una mejor infraestructura en los boxes, una adecuada a los estados del tiempo que presenta el clima sanjuanino, una que sea a prueba de los potentes vientos Zonda.
El mítico “ocho zondino” pasó este fin de semana de ser uno de los escenarios más apreciados por los corredores y espectadores, a ser quizá el más detestado en los primeros mencionados. Y todo ese se debió al viento que sopló sin parar durante horas destruyendo y volando por los aires todo lo que había a su alrededor. Es que la infraestructura que existe obliga a los equipos a ampliar los boxes con carpas y fueron precisamente esas las que se vieron más afectadas por las fuertes ráfagas.
Pocos mostraron el enojo, algunos más medidos (como Sergio Polze) y otros dejándolo salir expresamente (como Gabriel Furlán), pero la realidad es que el pensamiento de cualquiera hubiese coincidido: así no se podía correr.
En una provincia fierrera con un autódromo más por construir, habrá que replantearse si hay seguridad para el desembarco de categorías tan convocantes o simplemente esperar a que “el templo” del automovilismo sanjuanino tenga su alternativa en Albardón.
De lo deportivo no hay quejas. El Top Race Junior exhibió a los nuevos talentos al volante, el Series dio un espectáculo hasta en la última vuelta y la divisional mayor tuvo peleas en toda la pista. El espectáculo deportivo está asegurado en El Zonda, lo que no está asegurada, es precisamente la seguridad.