La escuelita de Alberto Zapata Bacur, que funcionaba en una pista que él mismo improvisó en un descampado de La Laja, volvió a la actividad este último fin de semana. A días de cumplirse un mes de su fallecimiento, los alumnos del piloto fallecido el 4 de abril regresaron a la actividad en una jornada emotiva y llena de adrenalina, como le gustaba al «Wey».
«La verdad es que fue un momento muy movilizante. Se extraña muchísimo, pero hoy es un angelito que va a cuidar siempre de los niños. Es el ángel de la guarda del motocross», expresó Alejandro Morales, papá de dos de los pequeños, quien encabeza los entrenamientos junto a Gastón Quiroga, Martín Alessi y Pablo Rodríguez, entre otros.
El regreso de los chicos se dio por impulso de los papás de Alberto Zapata, quienes al momento del sepelio pidieron que continuaran con el proyecto que su hijo inició en agosto del año pasado, en medio de la pandemia. La escuelita de motocross arrancó cuando se dieron las primeras flexibilizaciones en el deporte sanjuanino, tras el brote de coronavirus. Sin embargo después tuvo una larga pausa como consecuencia del siniestro vial que sufrió el reconocido piloto en Ruta 40 y lo dejó al borde de la muerte.
En febrero, después de cuatro meses del accidente que le costó la amputación de su brazo izquierdo, el «Wey» pudo finalmente reactivar los entrenamientos con unas 30 personas entre chicos y grandes, en el predio de ASER y en un circuito que él mismo creó en Albardón. Con los chicos estaba de lunes a viernes, en la tarde y en la mañana. Siempre que ellos podían o querían entrenar, Zapata estaba disponible. «No me subo a la moto como quisiera porque no tengo una protección en el hombro, pero me subo para demostrarle o hacer un gesto para que los chicos entiendan y aprendan. Vienen mejorando muchísimo. Y yo feliz, porque es el único lugar donde me siento lleno», había contado en una nota con Tiempo de San Juan.
Alejandro señaló que los chicos recuerdan las enseñanzas de Alberto y tratan de replicarlas: «Se acuerdan de todo, de lo que hay que hacer en las curvas, en los saltos, en todos lados. Y uno le dice `no se olviden de lo que dijo el profe´ y ellos solitos lo tienen en la mente». Y agregó: «Fue una persona especial para todos. Tenía un trato muy lindo con los niños, sabía como hablarlos y manejaros».
Ahora la escuelita sufrió un parate por las restricciones impuestas por el avance de la segunda ola de coronavirus. Pero la idea es volver lo antes posible y empezar a trabajar en la nueva pista que tendrá el nombre de Alberto Zapata. Si bien el municipio de Rawson cedió un terreno en el Médano de Oro, los papás de los chicos quieren apuntar a un predio que es privado y está ubicado en Pocito. «Los niños están entusiasmados. Quieren tener entrenar ya en esa pista. Veremos cómo avanza todo, si a través de ASER y el Gobierno se puede concretar este sueño», agregó Alejandro.
Fuente: Tiempo de San Juan.