Con una fiesta de clausura a todo color, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 llegaron a su fin. La ceremonia de cierre, que se realizó en el estadio Maracaná, contó con shows artísticos y el desfile de las delegaciones, antes de que se apague el pebetero.
Los organizadores apostaron, al igual que en la apertura, a mostrar al mundo los colores y los ritmos de la cultura brasileña. La ceremonia comenzó con una serie de coreografías en las cuales los artistas, con la música del grupo Barbatuke, formaron paisajes icónicos de Río de Janeiro como el Pan de Azúcar, el Cristo Redentor y los Arcos de Lapa. Luego, fue el turno de artistas reconocidos de la escena brasilera como Pixinguinha, Braguinha y Noel Rosa. El himno de Brasil fue interpretado por una banda de percusión y un coro de 27 niños, que representaron a los 26 estados y al Distrito Federal del país.
Luego, se dio paso al desfile a los abanderados de las 207 delegaciones, que se pasearon al ritmo de la música de los DJ’s locales. La fila fue encabezada por el abanderado local, seguido por la bandera olímpica, que representa a los atletas refugiados. La judoca Paula Pareto, ganadora de la medalla de oro en la categoría hasta 48 kilos, fue la encargada de llevar la bandera argentina. Una vez que ingresaron todas las insignias, comenzó la entrada de los atletas que se quedaron en la ciudad, luego de que muchos regresaran a sus países una vez finalizadas sus respectivas competencias.
Luego de un nuevo bloque musical, que incluyó un homenaje al arte brasileño, se realizó la entrega de medallas de la maratón masculina, una de las pruebas que se realizó durante la última jornada del evento. El keniata Eliud Kipchoge recibió su medalla dorada frente a miles de personas en el estadio Maracaná.
En la ceremonia también hubo un reconocimiento a la garrochista rusa Yelena Isinbayeva, quien no pudo participar de los Juegos por el escándalo de dopaje de su país y que hace pocos días anunció su retiro.
Posteriormente, la fiesta dio paso a lo que vendrá: Tokio 2020. Brasil quedó atrás y todo quedó teñido de la impronta asiática. La aparición del primer ministro japonés, Shinzo Abe, disfrazado como el personaje de videojuegos Super Mario Bros marcó el pase la posta olímpica.
Para el cierre quedaron los discursos de Carlos Nuzman, presidente del Comité Río 2016, y de Thomas Bach, titular del Comité Olímpico Internacional. Finalmente, el pebetero olímpico se apagó con el agua de una lluvia artificial que imitó a la que naturalmemte caía sobre Río. Todo culminó, como no podía ser de otra manera, con el típico carnaval carioca.
A la fiesta no concurrió el presidente interino, Michel Temer, luego de haber sido abucheado en la ceremonia de apertura. Por el contrario, estuvieron presentes mandatarios de otros países, como los presidentes de Bulgaria y Finlandia, así también como los reyes de Suecia.
Entre los ausentes destacados también estuvo Pelé, quien tampoco concurrió a la inauguración por complicaciones de salud. A pesar de que O Rei era uno de los candidatos a encender el pebetero y uno de los mayores impulsores de la realización de los Juegos en Río, el ex futbolista no se hizo presente en el comienzo del evento y tampoco estuvo en el cierre.
Con un evento para recordar, Brasil dijo adiós a los primeros Juegos organizados en suelo sudamericano y dio paso al comienzo del próximo período olímpico, que culminará en Tokio 2020.