Se llama Sheila Quinteros, tiene 11 años y vive con su familia en Pie de Palo, el pueblito caucetero que se encuentra a menos de 10 kilómetros de la Unión Deportiva Caucetera, una distancia que colaboró para que ella comenzara a practicar patinaje artístico el año pasado.
Hoy, espera que se termine el aislamiento social obligatorio por la pandemia del coronavirus para volver a ponerse los patines y ensayar las figuras. Sus aptitudes la llevaron rápidamente a estar en competencia y desde el club aportaron una suerte de beca para que las limitaciones econónicas no interrumpan el crecimiento sostenido que ha estado evidenciando. Lo que siente Sheila, en el siguiente video.
«Cuando sea grande me gustaría ser profesora, así puedo enseñar a más chicos»