Juan Alfaro, el pibe que promete y busca sumar minutos de la mano del Luto Molina

Tiene 15 años y juega en la reserva de San Lorenzo de Ullum. Sin embargo, de a poco, comienza a sumar minutos en Primera, nada menos que de la mano del Alfredo Molina. Juan Alfaro sabe que todavía falta, pero a base de esfuerzo y perseverancia, busca afianzarse y jugar al fútbol hasta que las piernas no le den más.

«Del Luto se aprende mucho, se lo respeta por el conocimiento y cómo lo traslada en cada entrenamiento. Cuando fui citado en primera A con San Lorenzo, sabía que era difícil que jugara, pero el sólo echo de compartir vestuario y una charla de él, fue muy bueno para mi y también rodeado de tantos jugadores que jugaron en categorías superiores, que me haya elegido fue un honor», contó en diálogo con La Excusa Deportiva.

Juan es volante ofensivo mixto, juega por la banda en cualquier perfil o de enganche creativo. «Las veces que me tocó estar con el equipo fue lindo, a pesar de mi corta edad eso me ayuda mucho», añadió.

Sin embargo, su debut absoluto se dio el año pasado jugando para Villa Ibañez, nada menos que en la Copa de Campeones. «Fue contra General Belgrano de Sarmiento. Fue desde el banco, en el segundo tiempo. Me fue bien. De ahí jugué creo que lo más importante para mi. Una llave de octavos contra Argentinos de la Florida de Jáchal, aunque quedamos afuera por penales», comentó.

El chico recordó que tenía nervios, pero de igual manera muchas ganas de entrar y jugar. «La verdad es que no sentí miedo», recordó.

Alfaro es hincha de Villa Ibañez. «Nací y me crie ahí», dijo. También es de Boca y a nivel mundial le tira el Barcelona. «Mi referente es Riquelme, me dijeron que tengo cositas de él, miro muchos videos suyos y trato de imitarlo. Ídolo mío es Messi, el mejor jugador que vi».

El joven futbolista está en 4to año de la Escuela Modelo. «Es la llave para que mi familia me apoye en el fútbol, un trato. Gracias Dios voy bien y espero seguir así, si no voy a tener problemas», dijo entre risas.

«Sueño con poder jugar hasta que ya no me den las piernas, y si puedo vivir de esto sería lo ideal. Soñar no cuesta nada, pero en esto si cuesta pero cada sacrificio tiene su recompensa», finalizó Juan, que tuvo gran parte de su formación en el Club Social y Deportivo VILO.

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