Martín Garay, de cara a su primera pelea profesional

Martín Garay (24) tiene una sonrisa dibujada en su rostro y no es para menos. Pasaron cinco años desde el día que armó su bolsito y dejó su Valle Fértil natal para instalarse en la ciudad, en un humilde departamento de Villa del Carril con un par de guantes que de a poco iban a salvarlo, a rescatarlo de un tormentoso pasado de adicciones, conflictos y detenciones. Hoy el joven sanjuanino está frente a la chance que esperó desde que decidió darle un giro a su desesperante realidad. Este próximo fin de semana debutará profesionalmente en Mendoza, dándole inicio a esa búsqueda que le quita el sueño todos los días: un cinturón que pueda cambiar su vida y la de toda su familia.

“Y llegó el día. Pasaron cinco años y ahora puedo ya debutar profesionalmente, la meta por la que entreno desde hace un tiempo. Quiero llegar, quiero ser grande, me lo pide mi cabeza y mi corazón, quiero ayudar a mi familia. Mi vida ha sido muy luchada, he pasado por muchas cosas, he superado muchos obstáculos. Por eso este momento lo vivo de manera especial, quiero aprovecharlo, salir adelante y callar muchas bocas”, expresa el joven.

Su vida fue una lucha constante. Integrante de una familia numerosa, a los 10 años empezó a trabajar en la albañilería y la cosecha, mientras intentaba terminar sus estudios. Sin embargo, su adolescencia fue un infierno, deambulando en las calles y con múltiples entradas y salidas a la comisaría de Valle Fértil. Una juventud marcada por el delito y las adicciones que muchas veces pusieron en peligro su vida, pero que le puso punto final gracias al boxeo.

“He pasado por mucho. A veces lloraba y le pedía a Dios para que me ayude a salir adelante. Y yo decía ´tengo que ser fuerte´. Siempre quise salir de eso, sabía que estaba perdido. Por suerte aparecieron personas que me dieron una mano y que hasta el día de hoy quieren que salga adelante, que progrese. Eso es importante”, dice el deportista.

Cristian Guevara, profe de la escuela municipal de kick boxing, fue la primera persona que lo incentivó a practicar deportes. Con él empezó a dar sus primeros pasos en el box y disputó sus primeras peleas. Más tarde se sumó Daniel Alcaraz, tío y entrenador de Leonela Yúdica, campeona del mundo peso mosca de la FIB. El reconocido técnico es quien lo ayuda, empuja y dirige desde hace cinco años.

“Gracias a Dios ahora estoy bien, encaminado hacia mis sueños. Yo quiero ser campeón del mundo, tener el cinturón con el que tanto sueño. Espero poder llegar a eso, pero sé que todo es sacrificio y entrenamiento. Yo me levanto a las cinco de la mañana y salgo a correr incluso los sábados y domingos. Estoy enfocado porque quiero lograr mis objetivos”, expresa el joven.https://www.youtube.com/embed/1t1CTcHxRuc?feature=oembed

Martín vive en la sede de la Federación Sanjuanina de Boxeo. Allí se hace cargo de la luz y servicios y gastos diarios con las ayudas que recibe de la Municipalidad de Valle Fértil, de su entrenador Alcaraz y de Leonela Yúdica. También hace changas en la albañilería para poder subsistir. Pero no pierde el foco en sus sueños, más vigentes que nunca, como tampoco en el viejo anhelo de ayudar a sus padres y de poder “rescatar” a otros tantos pibes sin oportunidades que hoy deambulan en la calle, como lo hizo él en su adolescencia. “Con humildad, sacrificio y perseverancia se llega. Dios siempre está conmigo y yo tengo voluntad de salir adelante”, cierra.

Fuente: Tiempo de San Juan

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