«Heredé la pasión por el fútbol de mi papá. Cuando nací me puso la camiseta de San Lorenzo». De esta forma Carlos Gómez contó desde cuándo el deporte forma parte de su vida. Y si bien al principio fue un amor «obligado» con el correr del tiempo aprendió a vivirlo con el mismo sentimiento. Pero no se quedó con la versión del hincha que va a la cancha, ve los partidos por tele o los escucha por radio. Fue más allá y decidió jugarlo, como sus ídolos.
«Todo comenzó cuando tenía 6 años y mi viejo me llevó a la escuelita del Sindicato Empleados de Comercio. Después, a los 9 años, pasé a la escuelita de San Martín y ahí estuve hasta los 13. Desde ese entonces mi pase pertenece a Colón Junior», contó Carlos en diálogo con La Excusa Deportiva.
Con 22 años, juega de volante en el Merengue y recuerda perfectamente su debut en Primera. «Fue por el torneo local en 2017 contra Peñarol. Jugué de titular, ganamos 1 a 0. No estaba nervioso».
Gómez tiene una meta clara: salir campeón. «Por el momento no gané ningún torneo. Es un objetivo que personalmente tengo pendiente, además que como equipo todos los años el objetivo es ese».
Por el puesto en el que juega, no tiene muchos goles en su haber, pero hay uno que lo dejó marcado. «Fue uno que hice en el clásico Árbol Verde vs Peñarol, jugando para el arbolino. Fue de cabeza y ganamos 1 a 0 con mi gol», recordó.
Matías, hermano de Carlos, juega en Sportivo Desamparados. Por el momento, nunca jugaron juntos, pero es algo que ambos desean. «Casi se da hace un tiempo, pero bueno, algún día sé que vamos a compartir club, camarín, grupo…», confesó.
Y si bien no vistieron los mismos colores, sí fueron rivales. «Fue hace 1 mes más o menos, Colón frente a Desamparados. Ganamos nosotros, obvio», comentó entre risas el joven que tiene entre sus referentes a Xavi Hernández, Iniesta, Riquelme, Zidane y Tony Kross, aunque hay un futbolista al que considera el mejor de todos: Messi, como no podía ser de otra manera.