San Martín enderezó su camino y de la mejor manera, porque goleó, porque demostró buen fútbol y porque pese a que venía mal sus hinchas no le soltaron la mano.
Fue victoria en Concepción por 4-0 ante un débil Villa Dálmine que tuvo una pobre producción y se hunde en el fondo de la tabla.
El Verdinegro fue dirigido por Raúl Antuña, tras la salida de Facundo Villalba. En la semana el «Purruco» metió mano, cambió algunos nombres y le salió bien, porque se vio una versión mejorada del equipo.
El que abrió el marcador fue el central Jonathan Botinelli que a los 9′ de la etapa inicial conectó de cabeza un tiro libre ejecutado por el «Mudo» Ruiz.
El segundo fue del interminable Sebastián Penco, que a los 24′ encendió la motoneta con un zurdazo cruzado que no pudo contener Germán Montoya.
Tomás Fernández estiró la ventaja a los 32′ con una buena definición al palo derecho luego de una pared con el sanjuanino Matías Giménez.
En el segundo tiempo el conjunto sanjuanino lo liquidó a los 27′ de la mano de Giménez, ya cuando la visita debaja espacios gigantes en el fondo.
Fue alegría en Concepción. Los hinchas se fueron más que conformes y aplaudieron a un plantel que venía caído tras dos derrotas como local (ante All Boys y Riestra) y la última ante Belgrano en Córdoba.
Ahora San Martín tiene 7 puntos y buscará seguir escalando en la tabla cuando enfrente a Almirante Brown, el próximo martes a las 20.10 en Isidro Casanova.