‘Panza’ Cortez se dio el gusto de jugar la Copa con su hijo

Transitando el final de su carrera, Pablo Cortez pudo cumplir un sueño que pocos jugadores en el mundo lograron hacer realidad. Compartir cancha en una competencia oficial con uno de sus hijos. Muchos experimentados pudieron dirigir a sus chicos, no así jugar con ellos. El arquero de Villa Ibañez lo sabe y se le infla el pecho de orgullo.

«El año pasado lo citaron para el partido frente a Andacollo, en el Torneo Preparación. Primero estaba contento por lo habían convocado, pero cuando lo vi calentar para entrar cerca del banco de suplentes se me corrían las lágrimas y cuando entré me puse a llorar», recordó emocionado. Y si bien el resultado fue anecdótico, la tarde no podo coronarse de una mejor manera: ganaron 3 a 0.

Gerónimo tiene 18 años y es marcador de punta. Cortez también es papá de Benjamín, de 12 años, que al igual que él es arquero y juega en la escuelita de ‘Petinato’ Nuñez. «Sería lindo verlos jugar juntos en la Primera de la Villa, seríaa un sueño. Con el más grande puedo jugar, ya al más chico no creo que lo espere», contó entre risas.

‘Panza’, como todos lo conocen, juega al fútbol desde muy chico, aunque no siempre atajando. «Estoy en el fútbol desde los 4 años, en los baby que hacían en el club. Después nos fuimos a vivir a Chimbas y empecé a jugar en Villa Obrera. Ahí estuve hasta cuarta división, pero sólo atajaba cuando hacía falta un arquero porque siempre jugué de 9 o 3», contó el guardameta auriazul que actualmente tiene 39 años.

Con respecto a la Copa de Campeones, Cortéz ya la había jugado anteriormente con Rincón de Albardón y las últimas cuatro ediciones las disputó en el que llama el club «de su vida de de mi familia». «Compartir la primera Copa de mi hijo juntos y ya haber salido campeones juntos de la Liga de Ullum el último torneo es algo inexplicable», añadió.

Líder del Grupo 6, el conjunto ullunero fue uno de los primeros clasificados a la siguiente fase del certamen, cuya final se disputará nada menos que en el Estadio del Bicentenario. «El objetivo es tratar de llegar lo más lejos posible. Se armó un lindo plantel, con gente de experiencia y muchos chicos de inferiores. Mi vida está en ese humilde club, es todo para mí y mi familia», concluyó.

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