Por Emmanuel Díaz Schlamelcher
Jamás se hubiera imaginado que la publicidad de una carrera marcaría su futuro deportivo y la convertiría en una atleta todoterreno, ganando todo lo que tuvo a su paso y cambiando para siempre su estilo de vida. Si bien siempre estuvo ligada al deporte, Verónica Wittke practicó boxeo durante unos diez años y, en el 2011, durante un entrenamiento en el gimnasio, el anuncio de una competencia le despertó curiosidad, se inscribió y ganó de punta a punta un 8K. «No sabía cuánto iba a demorarme, pero me gustó la idea porque yo ya tenía una base de preparación. Ahí se me prendió la chispita que después se convirtió en un fuego enorme con la montaña», expresó la integrante de la selección argentina de trail running.
En una entrevista con La Excusa Deportiva, la atleta de 36 años habló del significado del deporte, de su preparación, de un 2021 complejo a pesar de los buenos resultados, de las aspiraciones para el próximo año y también de su pareja, el multiganador Juan Manzano.
«El deporte es mi esencia. Desde que me levanto hasta que me voy a dormir pienso en el deporte. Empecé a entrenar a los 11 años y nunca dejé, a pesar de que tengo temporadas en las que puedo dedicarme más y otras menos, pero no puedo estar sin hacer deporte porque es mi cable a tierra, es lo que me ordena el día», contó, y agregó que «me gusta entrenar antes de hacer cualquier otra cosa, a primera hora, porque arranco con la sensación de haber hecho lo que me acomoda en mi eje para empezar cada jornada. Cuando algo me frena, por ejemplo una lesión, inevitablemente me pongo de mal humor, insoportable».
Quedó más que claro que el deporte es todo en la vida de Verónica, es parte de su día a día. «Lavarme los dientes, entrenar, bañarme, es todo parte de una rutina. El día que descanso siento que me falta algo», dijo. Y precisamente, quien ganó este año el Desafío Ichura, el Xtreme Race, entre otras competencias, entrena 1 hora y media por día de lunes a viernes, el sábado afronta una práctica superior a cinco horas, sobre todo en la montaña, y el domingo, por lo general, descansa. «Debería hacer más gimnasio, pero voy cuando puedo», fue la autocrítica de Wittke.
La vida de un deportista de alto rendimiento amateur no es para nada fácil, por eso a Verónica le gustaría tener más tiempo para entrenar. «Tengo cuatro trabajos diferentes. Le dedico cuatro horas al área de salud, soy profe en el gimnasio Baika, tengo alumnos personalizados hace años y entrenamos en diferentes lugares, y ahora estoy haciéndome cargo de un local de ropa que es de mi mamá. Hago mil actividaees diferentes al día y me muevo de un lugar al otro con una mochila llena de ropa, para cambiarme a veces en el auto, pero bueno, soy feliz porque no podría trabajar de lo mismo todo el día porque me aburro y además no sé decir que no a nada que sea trabajo».
Su pareja, el destacado atleta Juan Manzano, también es fundamental en su vida y el pasado fin de semana lo acompañó en el Ribera Run de Mendoza, donde ella no pudo correr por una lesión que arrastra en una rodilla y él se quedó con un claro triunfo en los 30K. Ambos son novios desde hace nueve años, comparten hogar y también la pasión del trail running, pero no entrenan juntos por sus diferentes horarios de trabajo.
En esta actividad, la planificación de un calendario anual es importante. Sin embargo, Verónica reconoció que no es organizada para armarlo aunque sí aclaró que «trato de poner uno o dos objetivos importantes por año y utilizar el resto de las carreras como entrenamiento, tratando de estar presente en las que más me gustan. Realmente es muy difícil llegar perfecto a todas las carreras».
La pandemia por coronavirus hizo que el 2021 sea complejo para los deportistas y para Wittke no fue la excepción. «Mi balance anual fue positivo en cuanto a resultados, pero no en cuanto a sensaciones, porque de la mitad hacia adelante me sentí mal físicamente, ya que vengo arrastrando una lesión desde julio en la rodilla y hoy estoy parada. Llevo más de una semana sin entrenar y para mí es una eternidad, por eso tengo muchas expectactivas por volver a entrenar».
En ese sentido, consideró que el año que va llegando a su fin fue «difícil desde lo físico. Sentía que daba dos pasos y retrocedía tres por el dolor de rodilla. Físicamente no llegué bien a ninguna carrera por más que después los resultados fueron buenos. También, lamentablemente, para todas las carreras hubo que esperar hasta último momento para competir, como ocurrió con el Sudamericano de ultra trail, donde iba a representar a la selección argentina. Ahora nos dijeron que se haría en abril del 2022, pero es volver a vivir todo con mucha incertidumbre, porque hago un entrenamiento especial, gastos de tiempo en recuperación y después no se hace la competencia. Es muy complejo».
Por último, la atleta todoterreno aseguró que espera con optimismo el 2022. «Mi gran aspiración es volver a ser la corredora que fui antes de la pandemia. El Covid-19 me desordenó mucho, no sólo por el tiempo que estuve parada, sino también porque después me recargué de trabajo y no le pude dedicar el tiempo que quería a los entrenamientos», finalizó Verónica Wittke, una especialista de las carreras en la montaña que buscará revancha cuando consiga recuperarse de la lesión.