“Soy una de las pocas sanjuaninas en la elite del fútbol, pero no sé si decirte que eso es un privilegio. Es una lucha constante, no vivo como un jugador de Primera”, dice Florencia Mercau desde la piecita que se convirtió en su casa desde hace algunas semanas y por la que paga 9.600 pesos al mes, casi la mitad del sueldo que recibe como jugadora profesional. Su vida es puro esfuerzo, desde que se despierta y topa con las cuatro paredes de su cuarto, hasta que se toma el colectivo y el tren para llegar al predio Dominico, donde entrena con el plantel femenino del Club Atlético Independiente. “No me siento tan profesional, porque hasta una bolsa de mercadería tengo que pedir”, confiesa.
Florencia es una de las dos futbolistas que tiene San Juan en la elite del fútbol argentino: en el femenino no hay otras. “Eso me genera orgullo, por eso siempre voy a dar lo mejor para dejar bien parado a San Juan. Sí hay cosas que me duelen, porque yo me siento sola. Pero me pongo a pensar lo que estoy viviendo deportivamente y la verdad es que es algo único. Defender el arco de Independiente, uno de los grandes del fútbol argentino, es un honor. Y yo entreno todos los días para esforzarme y seguir en el mismo lugar”, reflexiona.
La arquera lleva cuatro temporadas en el “Rojo”, después de un paso fugaz por River y Racing. En Avellaneda tiene contrato profesional y si bien la ayuda es constante, la joven de 26 años la pelea para llegar a fin de mes. Su salario -también el de sus compañeras y las chicas del femenino en general- está lejos de lo que perciben los jugadores en el torneo masculino mayor y hasta en las categorías de ascenso. “Quizás decir la palabra profesional es muy grande, pero tengo la ayuda de mi familia, de mis compañeras, cuerpo técnico, mi expareja y club que siempre se portan muy bien conmigo. No voy a mentir, a veces tengo que pedir una bolsa de mercadería. A veces me da vergüenza, pero vivo con lo que tengo y así me manejo todo el mes”, confiesa.
Cuando el fútbol femenino se profesionalizó en 2019, la AFA empezó a destinar una ayuda de 120 mil pesos mensuales a cada club, durante un año, para que puedan cumplir con el pago de los salarios de las jugadoras profesionalizadas. Un monto irrisorio, pero que al menos marcó un antes y un después para las jugadoras. Es cierto que cada institución puede mejorar los salarios, como ocurre en Boca y River, por ejemplo.
Florencia tiene la ilusión de que ese paradigma cambie, que la situación de sus colegas, como la de la disciplina, siga mejorando y evolucionado. Florencia sigue con la esperanza de poder ayudar a su familia de Marquesado, a la que se aferra pese a los 1.200 kilómetros que de distancia. “Yo la sigo luchando, hoy mucho más. Ahora estoy buscando trabajo. Si no hubiese tanta diferencia con el masculino, podría estar ayudando a mi familia. Mientras yo estoy en una pieza, los jugadores están en mansiones. Ojalá algún día el femenino pueda estar en un nivel superior, pueda demostrar que está para mucho más y que, deportivamente, no hay nada que envidiarle a nadie”, dice.
Siempre a pulmón
Flor creció en Marquesado junto a su mamá Paula, quien cumplió el rol de madre y padre y trabajó de changas para criar a sus seis hijos. El fútbol en su vida apareció cuando tenía 11 años, de la mano del equipo de futsal Hualilán. Después llegó la Selección Sanjuanina de fútbol, los Juegos Binacionales y la posibilidad de integrar el plantel de River Plate, club al que llegó gracias a la plata que le prestaron para comprar el pasaje de colectivo.
Después pasó por Racing hasta que cruzó de charco y se unió a las filas de Independiente. El año pasado estuvo a punto de colgar los guantes, pero una vez más pudo salir adelante. Fue en medio del aislamiento por la pandemia de coronavirus, cuando estaba paralizada la actividad y el sueldo que percibía no le alcazaba para cubrir el alquiler. “Si no hubiese sido por el amor que le tengo al fútbol, no hubiese aguantado. Sigo aquí por mi familia, por mis sueños, por las ganas de progresar, por el orgullo de representar a San Juan. Por los que nunca me soltaron la mano”, señala.
Su gran momento en el Rojo
Mercau es la arquera titular de Independiente, que ahora viene de arrancar el Torneo Clausura con dos victorias al hilo. Su equipo está puntero de la Zona B junto a River Plate, ambos con seis puntos. “Estoy súper orgullosa de estar en el club y de las compañeras que tengo, por las que doy la vida. Ellas me alientan a seguir y eso me pone contenta”, cierra.
Fuente: Tiempo de San Juan.