“Cuando me llamaron me puse a llorar”: el pibe de 18 años convocado por Ferrari

No conoció a su padre. Su madre vive en Buenos Aires. Y fue criado por sus abuelos en una casa del barrio Laprida, en Chimbas. A su abuelo, que murió hace 4 años, le dice “el papá” y fue quien lo llevó a la escuelita de fútbol de San Martín.

En la semana previa al partido con Almagro en Buenos Aires (domingo 9 de mayo) fue convocado por el DT Paulo Ferrari. “Estaba muy feliz. Cuando recibí el llamado, le dije a mi abuela y nos largamos a llorar. Es un sueño”, expresa Nahuel Maico Tejada, que cumplió 18 años el sábado 27 de marzo.

Nahuel es una promesa que el Verdinegro quiere llevar de a poco. En el club le ponen todas las fichas, a tal punto de que la dirigencia lo llamó cuando tenía 17 años para ofrecerle su primer contrato profesional.

Saltó de quinta división (en reserva entrenó poco) a formar parte del plantel de la Primera Nacional en 2020. Y de jugar en la tierra suelta de las canchas chimberas a escuchar los consejos del exRiver Ferrari y aprender del campeón con San Lorenzo Gonzalo Prósperi o del exVélez Ezequiel Rescaldani. “Quiero debutar en primera y llegar lo más lejos que pueda, todo para mi papá”, dice, por su abuelo.

Carlos lo llevó al club de Concepción a los 8 años porque vio que le “gustaba jugar al fútbol”. El hombre, que fue arquero en partidos barriales junto a sus amigos de Villa Paula Albarracín de Sarmiento de Chimbas, se convirtió en un referente para el chico.

Nahuel mostrando su talento en las inferiores de San Martín.

“No estoy estudiando, me quedé en cuarto y este año no llegué a anotarme”, dice, tímido, Tejada. El joven vive con Sara Alicia Pérez (65), su abuela, su tía María Tejada (27), que lo lleva a entrenar en la moto, y su sobrino Uriel (6), un zurdo que dice que quiere ser como él.

El habilidoso volante viajó con un plantel de 24 jugadores para el partido en el estadio Tres de Febrero, en el que San Martín obtuvo la victoria con el gol de Ivo Constantino. Como hubo 9 suplentes, Nahuel quedó afuera junto a otros tres compañeros. Pero para él esta primera convocatoria significa un presagio de lo que puede venir en su incipiente carrera profesional.

Es diestro y juega libre, por delante del 5. Cuenta que le gusta meter pases entre líneas para asistir a sus compañeros, además de gambetear y pisar el balón. Con el tiempo aprendió a cuidarse de las patadas rivales y a “saltar con la pelota”.

“En el club miro el quite que tiene -Nicolás- Pelaitay y de afuera veo mucho a -Ricardo- Centurión (de Vélez), porque me gusta cómo juega”, asegura. El capitán también tuvo una vida difícil: cuando jugaba en las inferiores del Verdinegro, a la par cosechaba uva junto a su padre en 9 de Julio.

Tejada cuenta que habla mucho con el sanjuanino con Francisco Álvarez y que sus compañeros y el DT lo alientan para que se “divierta” jugando. “Me dicen que juegue simple, que agarre la pelota y que haga jugar al equipo”, asegura el mediocampista que es hincha sólo de San Martín.

Tejada se lleva la pelota ante un rival en el estadio Hilario Sánchez.

EL joven aclara que cuando empezó a entrenar con el plantel profesional notó “mucho el cambio de ritmo” y que los jugadores “tienen todo muy claro”. De los referentes mira “cómo resuelven” las jugadas.

“Ya por lo menos viajé con el equipo”, dice contento el jugador categoría 2003 que hizo hincha de San Martín a fuerza de sus goles a su abuelo. Nahuel tiene en claro que debe “estar preparado” para cuando le toque la oportunidad de debutar.

El volante creativo se levanta todos los días a las 6:30 para entrenar a las 8. Cerca de las 11 llega a su casa y dice que por la tarde descansa o conversa con sus amigos del barrio: Nahuel Ferreira y Maximiliano Cabello; o del club: Ignacio Monla, Juan Schyani, Santiago Barrera y Luciano Porres.

“En el barrio todos me felicitan y me dicen que siga igual, que no cambie”, cuenta el joven de la Salta y Benavídez, al que le regalaron su primera pelota cuando cumplió un año.

“Antes de jugar siempre le hablo a mi papá, le pido que me ayude en el partido. Cuando vi en el celular que me habían convocado me acordé de él. Yo me prometí llegar a primera y cuando falleció casi dejo el fútbol, pero seguí porque me lo pidió mi abuela“, relata la promesa verdinegra.

Fuente: Telesol Diario

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