Desde que sonó la chicharra que marcaba el final del partido en el que Argentina derrotó pro 5-2 en la final masculina de hockey cesped a Canadá, el barrealino Agustín Bugallo tuvo siempre la sonrisa en su rostro. Pero hubo un momento especial, en el que afloraron las lágrimas. Fue cuando recordó a su amigo y primer entrenador, Marcos Ceballos, quien falleciera hace unos años. A él fue especialmente dedicada la medalla de oro que ya tenía en su pecho, porque considera que Marcos fue también un actor principal en el camino que lo llevó a este momento, que está marcado por los sacrificios (como irse a vivir a Buenos Aires con 17 años) y las recompensas. La última, nada menos que la presea dorada en sus primeros Juegos Panamericanos.
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