Tiene 36 años y casi toda su carrera como fútbolista la desarrolló en Instituto La Laja, el club de sus amores. Allí comenzó a jugar siendo muy chico y allí disputó su último partido. Y si bien fue un retiro obligado por las lesiones recurrentes, sabe que dejó todo cada vez que entró a la cancha y eso lo hace muy feliz. «Entendí que con tantas lesiones no le sumaba al equipo y decidí no seguir, pero un momento triste que es dejar de jugar se convirtió en algo muy…
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