Seis minutos del segundo tiempo. Maurín ganaba 1 a 0 e igualaba la serie. El ansiado torneo estaba en suspenso, hasta que apareció el gol que todo Sportivo Del Carril deseaba. Tras un centro de Ávila, Ezequiel Pereyra cabeceó, la pelota se le coló al arquero y comenzó la locura total. Era el empate, en tierras visitantes. Abrazos, gritos y a seguir luchando hasta el final del partido. «Ni sé cómo hice el gol, jaja. Fue un centro del Pato, quedé pasado, hice unos pasos para atrás, salté y con…
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