Sergio Daniel Martínez, así, como el mítico goleador de Boca en la década del 90. Es que su padre, fanático del Xeneize, decidió bautizarlo con ese nombre a modo de homenaje al uruguayo. Kikin, como lo llaman sus amigos y conocidos, juega de enganche por izquierda en Los Andes Tudcum, aunque su pase pertenece al club Falucho.
«Yo comencé en la 5ta, desde muy chiquito, cuando tenía unos 6 años. También en esa época participaba mucho en los Juegos Evita. Íbamos a competir a la ciudad de San Juan», contó el joven oriundo de Angualasto en diálogo con La Excusa Deportiva.
Martínez asegura que su amor por el fútbol nació siendo pequeño, un poco por su papá que lo llevaba a la cancha y bastante porque sabía que su destino estaba marcado por la pelota. «Amo jugar al fútbol. Me hubiese gustado tener la oportunidad de probame en un club grande como Boca, pero no se dio», dijo resignado.
El debut en Primera de Kikin se dio cuando tenía 16 años. Y hasta hoy nunca abandó la categoría. Actualmente se encuentra disputando el Torneo Regional. «Por ahí se me complica por el trabajo. Soy minero, trabajo en Veladero desde hace 6 años. Por suerte en la mina hay un gimnasio, un polideportivo y acá jugamos, entrenamos después de llegar a trabajar», sostuvo.
El volante tiene como ídolo a Juan Román Riquelme, aunque también disfruta ver los partidos de Cristiano Ronaldo.
«Me defino como un jugador hábil, pero siempre con humildad. Voy para adelante, siempre con el objetivo de defender cada camiseta que me toque con mucha garra y ganas», señaló.
Con 27 años y padre de dos hijos, sueña que el varón tenga la suerte que él no tuvo. «Se llama Noah Ian y le encanta jugar al fútbol. Ojalá pueda jugar de manera profesional, algo que siempre desee pero no se dio», agregó.
Sobre la situación de Los Andes, club en el que está a préstamo hasta fin de año, contó que lo ve bien de cara al choque del sábado frente a San Martín de Rodeo. «Lo mejor que me regaló este deporte es haber salido campeón con el club en el que crecí. Me acuerdo que bajé de la mina un jueves y jugábamos la final el sábado, fue en tiempo de pandemia y acá no se podía entrenar por lo del covid», concluyó.