Verónica Wittke es una de las grandes exponentes del trail de San Juan y se acostumbró a competir y ser considerada la rival a vencer por las demás competidoras, pues siempre estaba en los primeros lugares y casi siempre había un escalón del podio reservado para ella.
En 2022 las cosas comenzaron a cambiar; la llegada de un hijo modificaba todos los planes de competición y comenzaba la etapa de aprender –nada menos- a ser mamá. Sin embargo, ella siguió compitiendo y lo hizo hasta los seis meses de embarazo, algo, seguramente, impensado para muchos.
El 18 de agosto de 2022 llegó al mundo Felipe, llenando de dicha el hogar de Verónica y de su pareja, Juan Manzano, otro gran atleta sanjuanino.
Para la flamante mamá, el correr por la montaña es el combustible necesario para vivir y estar sin correr esos meses la llenaba de ansiedad, por ello es que en septiembre comenzó con los primeros movimientos, aunque el volver a entrenar debió esperar hasta noviembre, con una planificación.
El objetivo retorno, lo planificó para correr el campeonato argentino. Sobre el tema, ella cuenta: “Sabía que no iba a volver bien, pues el progreso iba lento, pero quería estar en los 42 km del Run Altas Cumbres (Córdoba). Antes de eso, largué dos carreras cortas, porque no quería correr algo tan importante sin, antes, haber competido; especialmente era por los nervios de volver a estar en carrera, la adrenalina de las largadas…Primero corrí 8 km en calle, donde me fue bastante bien y me sorprendí y una semana después corrí una carrera de postas con Juan y de paso hacíamos posta para cuidar al bebé; luego, llegó el momento del Altas Cumbres, a fines de marzo. La verdad que me costó un montón y aún ahora me sigue costando porque estoy dando de mamar a mi hijo y siento que eso me limita físicamente; por ejemplo, estoy teniendo muchos calambres y no sé si tiene que ver con la deshidratación o también el cansancio de no dormir bien, pues Felipe aun no duerme de corrido”.
Luego de aquel regreso, Verónica disputó el Triásico Race en Rodeo, el 16 de abril, corriendo 32 km. “Ya en esa carrera comencé a sentirme mejor, a comprobar que estaba comenzando a ser más competitiva y si bien me fue bien (ganó), yo no me sentía conforme desde el punto de vista físico. Luego vino el Desafío Punta Negra donde pude jugar un poco más con la experiencia y me jugó a favor conocerme, conocer el circuito, por lo que pude defenderme un poco más físicamente”.
Verónica quería llegar bien para los 42 km del Running Trip, que se disputó el 9 de julio en Valle Fértil, aunque se presentaron algunos inconvenientes: “El último mes me sentí con mucho cansancio físico y las piernas las sentía muy agotadas, por lo que no me sentía en condiciones de correr los 42 km; una pena, porque había pensado durante varios meses en esa carrera, pero a último momento no me sentía en condiciones; como no me quería perder la oportunidad de estar, me anoté en los 12 km, que era válido por el campeonato sanjuanino. Esa distancia no es para nada lo que me gusta, ya que es una carrera muy explosiva y hay chicas muy rápidas. Por suerte me fue bien y creo que a esta altura, más que lo físico, me está beneficiando la experiencia”.
La atleta ganó empleando 1h44m07, aventajando por 3m21s a su escolta Pilar López y 3m44s a Ana Álvarez. Fueron 91 atletas las que corrieron esa distancia.
Exigente con ella misma, a pesar de los buenos resultados, tres triunfos consecutivos en diferentes distancias, no está conforme con su rendimiento. “Siento que todavía no recupero la seguridad, a pesar que todo lo que he corrido me ha ido bien, pero no me siento segura; largo muy nerviosa, mientras corro estoy con el bebé en mi cabeza y eso hace que no logre acomodarme y menos con el descanso, que me juega en contra”
Las prioridades para Verónica pasan por su bebé, por ser mamá y ocurre que llega a una carrera sin haber descansado bien, sin buena alimentación e hidratación.
En lo deportivo, su próximo objetivo es estar en el Desafío Ichura en Chilecito, La Rioja, el 1 de octubre en los 42 km, “aunque aún debemos definir con Juan cómo haremos, ya que si corremos los dos, debemos llevar una niñera”. Lo cierto es que apunta a 2024 y considera lo hecho como una base para lo que vendrá. La idea es no superar los 42 km y tratar de volver el año que viene en distancias de Ultra, que es lo que más le gusta.
“Todavía tengo muchas cosas que organizar, por ejemplo, me viene costando mucho organizarme con los entrenamientos, con la planificación que tengo. No vengo realizando el plan como debe ser y no realizo las prácticas como debo, corriendo menos distancia o no entrenando porque no me dan los tiempos. Esa desorganización me produce inseguridad a la hora de correr una carrera y no se trata sólo de mi hijo, estoy trabajando, cursando la facultad, rindiendo; por eso no puedo exigirme más y menos aún pensar en correr Ultra”, termina comentando Verónica Wittke, la gran mamá-atleta.