En un partido vibrante, Independiente y Colón igualaron 2-2 por la octava fecha de la Liga Profesional. En el Libertadores de América Enrique Bochini se vivió un final de locos, con tres penales y la participación activa del VAR, que asistió y corrigió varias decisiones tomadas por el árbitro Nicolás Lamolina.
El encuentro comenzó parejo, pero el que pegó primero fue el Sabalero, que se puso en ventaja por el gol de Santiago Pierotti a los diez minutos. No obstante, mediante un polémico penal sancionado por Lamolina, Martín Cauteruccio convirtió la pena máxima a los 24′: Luciano Gómez fue a pelear una pelota dividida contra Carlos Arrúa y se cayó en el área tras un leve contacto con el volante paraguayo.
El segundo tiempo fue apasionante, etapa en la que ocurrió la jugada más insólita de la fecha hasta el momento, posiblemente de la historia del fútbol argentino, cuando Paolo Goltz, a los 80′, tocó la pelota con la mano dentro del área luego de que el arquero Chicco la pusiera en juego en forma reglamentaria. Lamolina, en principio, no lo observó y acertadamente el juez de línea, Ariel Scime, se lo informó: el árbitro cobró penal, avalado por el VAR, y el sanjuanino Matías Giménez Rojas lo transformó en el 2-1 parcial.
Cuando parecía que se terminaba el encuentro, ya en tiempo de descuento, la visita lo terminó empatando mediante un penal infantil, pero bien cobrado, por Lamolina a instancias del llamado de Germán Delfino desde el VAR. La sujeción de Baltasar Barcia sobre Ramón Ábila tiene la fuerza suficiente para no permitirle el normal desplazamiento. El propio Wanchope anotó, tras fallar en primera instancia y aprovechar el rebote que dejó el arquero Rodrigo Rey.
Ante esto, la continuidad de Leandro Stillitano como entrenador del Rojo corre riesgo. Habrá que esperar, pero todo indicaría que tiene las horas contadas y no dirigiría al equipo el próximo domingo 26 de marzo ante Bolivar, por los 32avos de la Copa Argentina.