El sueño se hizo realidad para los millones de surfistas que, al escuchar la noticia, festejaron imaginariamente en el agua. O quizás en sus trabajos o casas mientras se notificaban de las condiciones de los mares para ver cuándo volverán a gozar de esa sensación única que es bajar una ola parado en una tabla. Dentro del grupo de los favorecidos se destaca la presencia de una persona que siente un orgullo especial, «una satisfacción inigualable«, según sus propias palabras.
Un argentino logró que el surf haya sido oficializado como deporte olímpico para la edición de Tokio 2020. Se trata de Fernando Aguerre, un marplatense de 58 años que le dedica su vida a la presidencia de la International Surfing Association (la ISA es la principal entidad del surf amateur) y el máximo responsable de la misión que sedujo a los miembros del Comité Olímpico Internacional de incluirlo para Japón.
«Estoy muy feliz. Es una sensación única, es como terminar la surfeada de una ola casi imposible, muy larga y llena de obstáculos. Es mi sueño desde que en 1994 fui elegido presidente de la ISA y empecé a luchar por el surf olímpico», dijo el directivo sin ocultar sus sentimientos.
«Casualmente fue aquí, en Río, y en aquel entonces nunca hubiera imaginado que iba a poder recorrer un camino tan largo. No sé si es el mayor logro de mi carrera. Llevo 22 años trabajando ad honorem, robándole tiempo a mi familia, a mis amigos, a mis surfeadas… poniendo todo para promover este deporte», admitió, emocionado, luego de presenciar la votación en la sede brasileña que espera con ansias su fiesta inaugural.
El marplatense, quien hace un año ya había conseguido que el surf también se insertara en los Panamericanos del 2019 en Perú, relató algunos de los argumentos que le dio al COI: «Un Juego Olímpico es una gigantesca plataforma de comunicación, que potenciará todo lo bueno que tiene el surf. Un deporte que se practica en lugares que son de todos y quepromueve justamente los mismos valores que tiene el olimpismo, como el de la fraternidad humana y el respeto por la naturaleza. Somos como habitantes del mar que contribuiremos en la defensa del océano y los Juegos elevarán nuestras voces. Y, al mismo tiempo, el surf contagiara de su energía joven, radiante y esperanzadora al movimiento olímpico»
Todavía faltan cuatro años para Tokio, pero Aguerre ya imaginó el debut olímpico. «Mi sueño es armar un festival de la cultura de playa, no sólo una competencia de surf; y en el COI han abrazado esta idea inspiradora. En la playa me gustaría que hubiera clases de yoga, comidas orgánicas, música en vivo, charlas sobre medio ambiente y, por supuesto, instructores que enseñen al público sobre las olas y cómo jugar con ellas», se adelantó el dirigente.
A horas de que se prenda la antorcha olímpica en el Maracaná, en el mar aguardan por la cita asiática. En la próxima edición habrá una nueva disciplina que bailará al ritmo del reggae desde las olas más grandes de Japón.
Fuente: Infobae