No solo por el cielo impecable el domingo se tiñó de azul, sino además porque Club Atlético Unión nuevamente impuso sus colores. El pueblo azul clavó bicampeonato del fútbol provincial y sella un 2022 arrasador.
Pasado el mediodía comenzó a moverse la gente de Club Deportivo Aberastain, desde Pocito. Como desde Rawson, y específicamente de Villa Krause, las huestes de Unión. Era el choque de los clubes de los departamentos del sur de la ciudad, finalísima y nuevamente el escenario era a la altura de la ocasión, el Estadio Bicentenario de Pocito.
Tras banderazos y previas, la Famosa Banda de Unión, y resto de la hinchada más fiel, a eso de las 14.00 salían desde el estadio de Villa Krause, tomando calle Lemos, comitiva comandada, como ya parece costumbre, por alguna limusina y/o auto de lujo.
Las horas restantes fueron miles los que circularon por calle Mendoza y Ruta 40, ingresando al coloso de Pocito por calle 6. Mientras tanto, Calle 7 estaba destinada a la gente de Aberastain que llenó buena parte de la Popular Sur y Platea Sur Poniente. Cientos de Autos, furgones, motos y docenas de buses cargados, algunos hasta el techo fueron presionando los alrededores del recinto.
Fue tanto que recién dado el pitazo inicial, e incluso anotado el temprano gol azul, aun las boletarías y accesos a la popular norte, estaban colapsadas. Por el lado sur, donde entraban los pocitanos, la cosa no estaba tanto mejor, aún quedaban unos cientos todavía sin entrar.
A la mitad del primer tiempo, recién la gente estaba toda adentro, al menos la hinchada de Unión pudo celebrar en pleno el segundo gol, en pies de Ramiro Sisterna. Tras la anotación la Popular Norte explotó.
La ansiedad se sentía en las barras luego del tanto de descuento naranja, a los 11 minutos del segundo tiempo, en una cómoda llegada de Facundo Guevara. Y por el lado norte, ni los llamados por altoparlantes ni por petición de los jugadores podían hacer bajar de la reja perimetral a unos 30 barristas de La Famosa, que ya se largaban a la cancha. Era una olla que ya reventaba de la presión.
Pitazo final y el descontrol se volcó en el pasto, una estampida de más de cien hinchas se precipitaron a abrazarse con los jugadores, pero también a atacar con pirotecnia y proyectiles de todo tipo, a la barra de Aberastain, que también en parte saltó a la cancha, mientras las fuerzas policiales hicieron una línea de separación, con palos y detenidos mediante.
Sin mayores problemas que lamentar, la gente se comenzó a retirar, y la hinchada seguía el festejo con la caravana de vuelta. El trayecto fue por Ruta, liderado por un carro de bomberos tapizado de hinchas, escoltada por policía motorizada y en un desenfreno de bocinazos y cánticos que fue a desembocar por calle Lemos, al estadio del bicampeón del fútbol amateur sanjuanino. Ahí esperaba a sus moradores para celebrar en casa una jornada inolvidable.