Tenía una carrera prometedora en el fútbol y mucho futuro por delante. Sin embargo, algunas malas jugadas del destino hicieron que las cosas cambiaran y tuviera que tomar otro rumbo. Y ahora pasa sus horas entre el trabajo y esa otra pasión que encontró casi por casualidad: el futsal.
«Tengo 20 años y juego en Villa Hipódromo de pibot. Siempre me gustó el fútbol y empecé siendo muy chico en las inferiores de San Martín. Después lamentablemente falleció mi papá y dejé de ir. Yo tenía 13 años», comenzó contando Exequiel Durán en diálogo con La Excusa Deportiva.
«Después comencé en Trinidad. Ahí estuve hasta los 17 años. Formé parte del Seleccionado sub 15 y salí campeón ganándole a Jáchal 1-0. Pero también tuve que dejar porque empecé a trabajar en la construcción», agregó.
Y de repente, cuando su ilusión se esfumaba, el futsal llegó a su vida. Y todo cerraba casi a la perfección. Ahora puede combinar trabajo y entrenamientos sin mayores inconvenientes para luego poder jugar. «Las prácticas son a la noche y me queda mucho más cómodo», explicó Exequiel.
«Me divierto con este deporte, me gusta mucho y considero que tengo buen pie», dijo este fanático del Verdinegro de Concepción y gran admirador de Lionel Messi.
«El futsal me dio muchas alegrías, conocí muchos amigos. Todo fue lindo», manifestó Durán. Y si bien tiene la espina clavada de una final de campeonato perdida por penales frente a Krause, tiene un objetivo entre ceja y ceja: ascender a la A con su querido Villa Hipódromo.