Nazareno Tapia tiene sólo 17 años y sueña con los ojos abiertos. Es que hasta lo que hace poco parecía imposible, hoy es una realidad. Juega la Copa de Campeones con La Capilla de Calingasta, tercera en el grupo 5 tras la derrota del sábado frente a Las Lomas. Sin embargo, pese al mal resultado, en el equipo nadie baja los brazos y si bien saben que no será fácil, están dispuestos a dar pelea hasta el final.
«Esta es mi primera Copa y es una experiencia muy buena la que estoy viviendo, el fin de semana pasado me tocó la mala suerte de lesionarme el tobillo, pero creo que para la próxima fecha ya voy a estar para jugar», contó en diálogo con La Excusa Deportiva. «Llegué al club este año cuando me llamaron para integrar el plantel. Me puse muy feliz porque en mi familia son todos muy futboleros», contó.
El joven contó que fue muy bien recibido por dirigentes, compañeros e hinchas. «Son muy buena gente conmigo, es un club muy unido, estoy contento de estar acá. En lo grupal tenemos el objetivo de pasar de ronda y en lo personal sería un sueño llegar a la final», confesó.
Fanático de Boca, este pibe barrealino juega a la pelota desde que tiene uso de razón. Es volante y se desempeña como 5 u 8, según lo requiera el DT. «Empecé cuando tenía 4 años, en el club Sportivo Los Andes. El fútbol es mi vida, lo llevo en la sangre, es un deporte muy lindo», añadió.
Nazareno también despunta el vicio jugando al futsal. «Hace dos años que lo practico. Estoy en el club A.M.FA. Con ellos fui campeón del primer campeonato que se realizó y en el segundo torneo me tocó ser subcampeón», dijo este admirador de Juan Román Riquelme.
Al momento de definirse como jugador no duda: «soy rústico». De todas maneras, siempre intenta «hacer jugar a los compañeros».
Como cualquier chico que juega al fútbol, sueña con «llegar a un club grande de Argentina y poder representar a la Selección».