Apasionado por el fútbol, comenzó a jugarlo siendo muy pequeño. Es que tenía sólo 3 años cuando lo anotaron en la escuelita de la UVT. Allí dio sus primeros pasos con la pelota, para luego pasar a Trinidad. A los 12, Baltasar Salvá se fue a vivir a Buenos Aires, donde jugó un año en las inferiores de Boca. Allí fue compañero nada menos que de Leandro Paredes, campeón de América con la Selección Argentina y estrella en el PSG de Messi.
Sin embargo, fue en Argentinos Juniors donde encontró su lugar lejos de su San Juan natal. Allí jugó durante 6 años y si bien no llegó a debutar en Primera, pudo jugar en Reserva y hasta ser alcanzapelotas del plantel que poco después de consagraría campeón de la mano del Bichi Borghi. «Un recuerdo lindo fue ganar el torneo de AFA en 2010 con mi categoría, ser capitán casi 3 años, ese mismo año ser alcanzapelotas de Argentinos todo el torneo que terminó ganando», dijo en La Excusa Deportiva.
«Lo mejor que me dio el fútbol fue conocer canchas hermosas como Racing, Independiente, Vélez, el predio de AFA… también jugar o tener de compañeros a jugadores que son unos fenómenos hoy en día», agregó el joven que con 27 años actualmente la rompe en la Liga de Iglesia. Durante su último año en Buenos Aires pasó por Quilmes pero no pudo firmar contrato y regresó a la provincia.
«Estuve entrenando en San Martín y jugué los torneos Federales con Trinidad y Alianza, salí campeón. también ascendí con Del Bono», recordó Salvá, que debutó en Primera en el 2015, jugando para el León frente al Bodeguero. Y el debut no pudo ser mejor: su equipo ganó 3-2 y metió un golazo de tiro libre.
«Después me dediqué a los estudios. Me quedan tres materias para recibirme de contador. Si bien hoy no es la prioridad, siempre están las ganas de volver un disputar un Torneo Federal», sostuvo este talentoso volante central, al que le gusta armar juego, recuperar y manejar la pelota parada.
Actualmente, haciendo un gran esfuerzo, Baltasar juega en Villa Iglesia. Es que entrena por su parte en la ciudad y viaja cada fin de semana hasta Iglesia para poder jugar. «Sueño en poder recibirme y jugar en Desamparados», admite. No es que sea hincha del Puyutano, es que tiene una espina clavada. «Es una cuenta pendiente, alguna que otra vez se habló y no se terminó dando. Además me gusta el club, lleva mucha gente», reconoció.
Fanático de Boca, gran simpatizante del Bicho de la Paternal, llegó a compartir representante con Riquelme: Daniel Bolotnicoff. Un día se Salvá se encontraba reunido con él en su oficina, cuando de sorpresa apareció Román. Por supuesto, hubo foto y un gran recuerdo que atesora hasta el día de hoy.