El seleccionado argentino masculino de vóleibol le ganó a Túnez por 3 a 2 (23-25, 23-25, 25-19, 25-18 y 15-8), por la cuarta fecha del grupo B, y consiguió su segundo triunfo en los Juegos Olímpicos de Tokio, importante en sus aspiraciones de clasificación a cuartos de final.
El sanjuanino Bruno Lima fue el máximo anotador argentino con 27 puntos, en un partido que comenzó muy complicado para Argentina en el estadio Ariake Arena.
Sobre este encuentro, Carlos Quinteros, exjugador de vóley y actual presidente de la UVT (Unión Vecinal de Trinidad), brindó su análisis y destacó el juego que tuvo el equipo a partir del tercer parcial, como así también el potencial de los jóvenes argentinos para el futuro.
Por Carlos Quinteros
En los primeros dos sets, que perdió Argentina, el equipo empezó bien los primeros 15 puntos, con un ritmo bueno de juego y la magia de (Luciano) De Cecco se sintió, pero después aflojaron el saque y Túnez empezó a encontrar, con el servicio y su opuesto, una mayor cantidad de puntos. Argentina no encontró su nivel y la presión lo llevó a cometer errores, a no tener gestión en defensa y a no encontrar el bloqueo. Los tunecinos aprovecharon su recepción con el flojo saque argentino y eso generó que tengan una eficiencia alta en ataque.
Con respecto a Argentina en los dos últimos sets, fueron fundamentales los tiempos que pidió el entrenador Marcelo Méndez para cambiarle la cabeza al equipo y darle aire, para luego poder sacar las diferencias.
El saque fue clave en el tercer set para ganarlo y en el cuarto parcial se vio realmente el modelo de juego que necesita Méndez, porque él trabaja con una ofensiva muy agresiva, apostando al saque. Empezó flojo, pero fue encontrando la efectividad.
Me quedé contento porque Argentina quedó cerca de clasificar a cuartos de final, pero también es importante poder encontrar en este equipo una continuidad que en la Vóley Nations League no había logrado. Imponer una impronta de juego.
Argentina debe jugar al ataque porque tiene jugadores potentes y de experiencia. Méndez es un entrenador totalmente distinto a Julio Velasco, ya que el actual DT juega mucho al estilo brasileño, con agresividad en el ataque.
Por último, quiero destacar la labor de De Cecco. Tiene un guante en la mano, es un mago. Por su parte, Bruno Lima está la altura de los mejores del mundo y es una alegría enorme que un sanjuanino esté en ese nivel. Agustín Loser también tiene un gran futuro, porque después de estos Juegos Olímpicos hay que ver qué nos queda. Creo que ellos, junto con Matías Sánchez y los chicos que quedaron afuera de Tokio 2020, pueden ser una generación muy prometedora.