“El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia… de novia, de religión, de dios… pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín… no puede cambiar… de pasión”. Muchos deben recordar esta frase de la película El Secreto De Sus Ojos, expresada por Pablo Expósito, personaje encarnado por Guillermo Francella.
Eso fue lo que le pasó a Alberto Mesa. El piloto sanjuanino que no pudo resistirse a su pasión por la velocidad y volvió a ponerse el mono, las botas y el casco para acelerar a fondo después de casi 10 años alejado del motociclismo. Las responsabilidades de la vida y el trabajo lo obligaron a poner en pausa una carrera prometedora. En el medio, también le tocó atravesar la muerte de su padre, quien fue su mentor en este deporte y dejó un legado a flor de piel.
Alberto comenzó a correr en moto cuando tenía 7 años. Fue en las calles internas de El Pinar, donde en aquel entonces se realizaba el campeonato sanjuanino de velocidad. Su padre, Alberto José Mesa, fue quien le contagió la pasión por el motociclismo. En ese entonces tenía un taller en la villa San Damián, en el departamento de Rawson y allí preparaba la máquina de su hijo para cada fin de semana. El “Alberto grande”, era fanático de los fierros y durante su vida también compitió en moto y karting. Sabía lo que era subirse a una moto y acelerar a tope y eso fue lo que le transmitió a su hijo.
En el año 2000, Albertito logró su primer título en el Campeonato de Velocidad en San Juan. Luego, compitió en otras provincias como Córdoba, Mendoza, La Rioja donde siempre estuvo acompañado por su familia. En sus recuerdos permanece intacto el esfuerzo de los suyos que lo acompañaron en cada paso.
Todo iba viento en popa, Alberto soñaba con ser reconocido a nivel nacional, pero pasaron cosas. De un momento a otro se agrandó la familia, llegaron las responsabilidades y cada vez era más difícil competir. Comenzó a trabajar en la industria minera. Los rosters le complicaron el tiempo que pasaba con su familia y no quería arriesgarse a sufrir una lesión que lo dejara sin empleo. Fue momento de poner en pausa su pasión por las motos de carrera. Pero sin dudas, el golpe más fuerte fue la pérdida de su padre.
«Era incansable a la hora de trabajar en una moto de carreras, dejaba muchas cosas de lado para que yo pudiera correr. El también fue piloto de karting y de motos. Su muerte fue algo muy duro y triste por lo que era como piloto y mucho más como persona. Fue alguien que superó la adversidad a fuerza de voluntad y siempre con una sonrisa», expresó Alberto.
El «palo» fue fuerte, mas no lo suficiente como para alejarlo para siempre de este deporte. Además, el destino le tenía preparada una revancha y pudo volver a ese lugar donde amó la vida.
Su regreso fue a lo grande, logró un cuarto puesto en la categoría GP2 el pasado domingo 2 de mayo en el autódromo El Villicum. Volver fue como la primera vez para el piloto sanjuanino, con esos nervios de llevar la moto hasta el límite.
Ahí también hubo un hueco, el vacío que le había dejado su padre. Pero con él estuvieron sus hijos y su familia, que ahora son su principal motivación.
¿Te imaginás qué hubiera pasado si nunca dejabas de correr?
Es algo muy difícil de contestar. Este es un deporte que si no tenés apoyo económico se hace difícil realizarlo. Y en mi momento era muy duro conseguir que alguien te apoyara. Era muy difícil y sacrificado en todos los sentidos.
El objetivo que tenía era poder correr en el Campeonato Argentino De Velocidad. El sueño de todo piloto creo que es llegar a correr a nivel mundial. Uno siempre tenía la ilusión de llegar por lo menos a ser reconocido en el país.
¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez y por qué volviste a correr?
Creo que fueron como 10 años más o menos. Aunque dentro de ese tiempo hice algunas carreras, pero muy de hobby. Volví por amor a este deporte y por poder darme el gusto de competir a este nivel.
No la pase mal. Alguna carrera pude hacer en ese tiempo, pero muy de hobby. También estuvo bastante parado el motociclismo en San Juan asique no me desesperaba. Pero siempre que se organizó algún campeonato o carrera trataba de sumar.
¿Cómo fue volver a subirse a la moto?
Con muchos nervios. Si bien estuvimos desde la mitad del año pasado probando y girando en el autódromo, el día de la carrera es otra cosa. Acordarme de mi viejo que fue el que me inició en esto y ver a mi hijo mayor al lado mío acompañándome creo que es algo que no tiene precio.
Mi familia me apoya a full y se ponen muy contentos de que siga con esto. Asique eso es un empujón anímico muy grande de saber que tengo todo su apoyo.
¿Cambió mucho la competencia desde la última vez?
Ha cambiado mucho tanto en las motos como estar en un autódromo mundialista. Es todo mucho más profesional se podría decir. Hoy tenes que estar muy bien físicamente sino perdés mucho terreno, cosas que antes quizás eran de segundo plano. La verdad que cuesta bastante volver y si no estás bien físicamente cuesta el doble.
¿Cómo te preparaste para este regreso?
La preparación de la moto la realizo yo en mis tiempos libres con ayuda de un amigo Carlos Rodríguez, de mi primo Diego Jurado y mi hijo Valentino. A partir de esta carrera se adquiere experiencia para seguir trabajo y evolucionando la moto. Y en lo físico por el momento solamente ejercicios aeróbicos para bajar unos kilos y de ahí complementarlo con gimnasio para adquirir más fuerza y resistencia.
¿Cómo viviste el regreso a la pista?
La verdad que lo viví muy bien dentro de la pista. Con mucha competencia. Pero fuera de ella mucha colaboración y ayuda asique eso me parece que es un paso hacia adelante muy grande.
¿Cómo te recibieron en los boxes?
Mucha gente nueva, pilotos muy jóvenes, pero de los cuales ya teníamos contacto desde el año anterior que iniciamos los entrenamientos. También los pilotos y la gente con la cual compartimos pista desde niños y siempre te reciben bien, te dan algún consejo los que tienen más experiencia y siempre con algún mensaje de aliento para seguir mejorando.
¿Cuál es el objetivo de esta nueva experiencia en el mundo motor?
El objetivo es terminar este campeonato (si la pandemia y el trabajo me dejan) de la mejor manera, tratando de sumar la mayor experiencia posible y de ahí veremos que no depara el destino. Veremos si seguimos en la misma categoría o podemos pasar a alguna más grande, siempre dependiendo de cómo me encuentre en ese momento tanto física como mentalmente.
¿Qué te parece la nueva categoría en la que estas corriendo?
La categoría se llama GP2. Hay motos de hasta 200 cc, mayormente son Rouserns y KTM 200. El reglamento es bastante abierto asique se puede trabajar bastante en las motos y mejorarlas mucho.
¿Qué te parece el nuevo autódromo El Villicum?
La verdad que tenemos que estar orgullosos del autódromo mundialista que tenemos. Es un circuito muy lindo, con partes muy técnicas y otras de bastante velocidad y en el cual todos los pilotos quieren venir a correr.
¿Cuál fue la mayor alegría que te dejó este deporte?
Creo que más allá de las carreras ganadas o los campeonatos, la mayor alegría es que mis hijos sigan con el legado familiar.
¿En algún momento la viste complicada?
Un momento difícil fue en el año 2002 cuando teníamos todo encaminado con mi familia para poder correr en el campeonato argentino en la categoría 125 c.c., y por la situación económica que vivía el país en ese momento no pudimos adquirir la moto y se vino abajo el proyecto. Eso nos bajoneó mucho a todos.
¿Cómo es la relación con tus hijos y el motociclismo? ¿Te tira más el papá Alberto o el coach?
Con mis hijos tengo una relación muy buena, más con Valentino que es el que me acompaña en todo. Creo que soy más padre que coach. me pongo más nervioso al verlos andar que antes de largar una carrera.
Me gustaría apoyarlos de la misma manera que lo hizo mi papá conmigo. No presionarlos para que hagan esto sino que lo sientan y lo hagan por decisión propia. Quiero hacer el esfuerzo necesario para que puedan competir a nivel nacional e internacional.
¿Qué consejo le darías a aquellos chicos que están empezando o aquellos que están pensando en volver como vos?
Que lo intenten, que no se queden con las ganas. Si son apasionados por este deporte no hay mayor satisfacción que estar adentro de la pista.
¿Conociste al Wey Zapata? ¿Qué pensas de lo que le pasó?
El año pasado compartimos entrenamientos en el Villicum. Creo que fue un acto desafortunado que le podría haber pasado a cualquier piloto. Creo que el mensaje de superación que dejó es muy fuerte.
Un legado familiar intacto
El legado de los Mesa en el motociclismo ahora está más vivo que nunca. Alberto, no solo pudo cumplir su sueño de volver a correr, sino además que dos de sus hijos siguen sus pasos.
Valentino ya dio sus primeras vueltas en el motociclismo de velocidad al igual que Marcos. “La verdad que es una alegría enorme que él siga con esto y más por decisión propia. Además de Valentino también se está sumando Marcos que es el más chico y tiene 6 años. Asique esas son cosas que llenan el alma que sigan con este deporte tan lindo”, aseguró.
Fuente: Canal 13.