Un martes 12 de octubre del 1993, pasado el mediodía, nacieron en el Hospital Guillermo Rawson unos mellizos, una de esos hermanos fue la pequeña de 900 gramos, que nacieron con apenas 6 meses de gestación, a quien nombraron María José Quiroga Chicahuala y su hermano José María quien lamentablemente falleció a las 24 horas que habían nacido. Majo debido a su nacimiento antes de tiempo efectuó su visión, su diagnóstico fue retinopatía de prematuro.
Desde muy pequeña la vida le puso muchas pruebas en el camino, siendo la única niña de los 4 hermanos, Franco (29), Federico (24), Gonzalo (23), a los 6 años de edad Majo y sus hermanos tuvieron una perdida muy grande, el fallecimiento de su mamá María Elena Chicahuala, los hermanos Quiroga quedaron bajo la cautela de su abuela Elba a quien ama con toda su vida, quien supo y sabe estar siempre en su camino cuidándola y guiándola en cada paso que da, además siempre con el apoyo incondicional de su tía Edith ya que lamentablemente su papá en el momento menos esperado los abandono sin dejar ningún rastro.
Majo tuvo una infancia linda, la cual disfruto muchísimo sintiéndose parte de sus hermanos, de sus primos y amigos, sin notar esa pequeña diferencia con el resto. Su adolescencia y como todo adolescente comenzó a entender un poco más todo lo que atravesó y necesitando esa contención que toda madre o padre le brinda a su hijo, Majo la encontró en su abuela Elba quien siempre cumplió bien el papel de madre, padre, amiga y hasta de psicóloga.
“La Peque” asistía a la Escuela de Educación Especial Luis Braille donde además de estudiar conoció el deporte y comenzó a practicarlo, es ahí donde tuvo la posibilidad de asistir a sus primeros Juegos Evita practicando atletismo, mientras el tiempo pasaba Majo se animaba a conocer nuevos mundo en el deporte, es por eso que también realizo, patinaje artístico, natación, goalball, hasta llegar al ciclismo. En el 2005 fue la primera vez que se subió a un tándem con la motivación de su amiga Roxana Alfaro ex ciclista.
María José continuaba con sus estudios y haciendo algunos deportes, en el 2015 comenzó a estudiar la carrera de periodismo deportivo siendo una apasionada del deporte, a su vez trabajaba y continua haciéndolo en la Legislatura Provincial, en el 2019 durante la Vuelta a San Juan Internacional se realizó la segunda “Vuelta Inclusiva” la cual hasta la fecha se realiza formando parte de unas de las etapas más importante de la competencia más apasionante que tenemos en la provincia, es ahí donde su vida comenzó a cambiar rotundamente.
Ella no se imaginaba lo que le estaba por pasar cuando tuvo su primera participación donde fue observada por el director técnico de la Selección Argentina de Ciclismo Adaptado, Martín Ferrari que con su buen ojo catador de talento le llamo por teléfono a los días de haber pasado la carrera, ahí mismo le hizo la invitación de formar parte del seleccionado. Majo comenzó teniendo concentraciones con la albiceleste y fechas del campeonato nacional, su gran rendimiento hizo que formara parte de los convocados para competir en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, en el cual tuvo su primera competencia internacional quedando en el puesto N°5 de tándem en pista, si bien no pudo quedarse con una medalla, logro un tiempo de 4:11:577 adjudicando un record para el tándem argentino.
El año pasado en el mes de febrero participo de su primer Mundial de Paraciclismo de Pista llevado a cabo en Canada, la sanjuanina logro batir tres récords para el deporte adaptado argentino: Persecución (3’59»), Kilometro (1’15») y en 200 metros de velocidad (12»).
Este año comenzó con muchas competencia teniendo en cuenta que San Juan con su delegación del Deporte Adaptado, programa perteneciente a la Secretaría de Deportes participo del Campeonato Nacional en Chilecito en el mes de marzo. De dicha competencia se trajo dos medallas, una de oro en Crono y la otra de oro en Ruta, como si no bastara Majo tuvo un gran viaje hace un par de semanas atrás donde participo de la primera Copa del Mundo en Bélgica donde participo con el seleccionado, compitiendo en contrarreloj quedando entre las 10 mejores del mundo y en pelotón donde lamentablemente quedo descalificada por una regla que desconocían.
Actualmente Majo se encuentra en San Juan entrenando con las indicaciones de su entrenador Willy Quinteros, y en unos días más vuelve a Buenos Aires para ultimar detalles para el Mundial de Ciclismo Adaptado a disputarse en Portugal del 10 al 13 de junio.
La vida de Majo hizo un giro rotundo en el momento que conoció el ciclismo, acá te dejamos todos sus pasos, sensaciones y experiencia arriba de su tándem.
-¿Cuáles fueron los deportes que pasaron en tu vida?
-Comencé con el atletismo que fue mi deporte base a los 12 años, en la Escuela Braille, también fueron mis primeras competencia en los Juegos Evita, competía en salto largo y velocidad en 100 metros, luego pase al patinaje artístico, natación fue otra de las disciplinas que me gusto hacer porque me ayudó mucho, supe jugar en un momento al fútbol que formaba parte del equipo de hombres, también en goalball, todo lo que pase en las experiencia deportivas fueron lindas porque todo me fue formando físicamente y también me dieron una enseñanza deportiva para trabajar en equipo, fueron inculcando valores, todos los profesores que tuve en los distintos valores me marcaron diferentes cosas importantes.
-¿Tus sensaciones cuando recibiste el llamado de Martín Ferrari?
-A la semana de la vuelta, un día con mucho calor habitual de San Juan, estaba durmiendo la siesta me despertó el llamado de Martín, como yo había escrito la nota de la “Vuelta Inclusiva” en la cual había participado también, pensé que había algún error en la nota y su llamado se debía a eso para corregirlo. Lo cierto es que no fue así, atendí y me llamaba para proponerme si yo quería representar a la Selección Argentina en ciclismo adaptado, mi respuesta entre risas fue si estaba seguro y sin pensarlo le dije que sí, sin saber a lo que me estaba por enfrentar, que era andar en bici en un alto rendimiento, de repente cambio mi vida, tuve entrenador, tuve un equipo de trabajo, un plan de entrenamiento, un plan nutricional, una disciplina que seguir, una organización, una rutina en mi vida, en la cual se dividía en la mañana con mi trabajo y en la tarde con los entrenamientos.
Todo eso se volvió una rutina, rutina que me gustaba y que me gusta hacerla ahora, desde ahí el ciclismo cambio mi vida por completo y no puedo estar sin pedalear un día, llevo dos años continuo, sin vacaciones, sin feriados y para mi es lo más lindo, algo que me apasiona, me encanta, lo hago con mucho placer, porque lo hago con orgullo porque sé que estoy representando Argentina y a mi provincia que es la tierra del ciclismo, es tremendo la verdad.
-Los profesores que le cambiaron la vida
Todos los profesores que conocí en los distintos deportes me fueron enseñando muchísimo, pero siempre digo que hay profes que te marcan, me paso con la profesora de atletismo Laura Díaz y Manuel Rodríguez, Sandra Olivares, también recuerdo la profe de natación llamada Luciana que fue algo impresionante. Otros que recuerdo muchísimo que me dejaron gran enseñanza, fue Ramón Córdoba, quien estaba conmigo cuando realizaba patinaje artístico, siempre me hacía ver las cosas positivas, por más que estuviera todo mal, todo gris que no encontrara ver la salida el siempre buscaba la forma para hacerme seguir. Incluido Mario Molina que fue el que me ayudo a motivarme para poder hacer el deporte en alto rendimiento, además del técnico que tengo que es Martín Ferrari es una persona increíble, más allá del máximo respeto que le tengo, le tengo muchísima confianza, puedo confiar totalmente en todo lo que me dice, en lo que hace porque es un consejero, es un psicólogo, siempre está con nosotros, está buenísimo poder charlar todo, porque con Martín se puede hablar de todo y siempre digo que soy una agradecida a la vida y a Dios porque se me cruzo en el camino porque siempre digo que es un técnico totalmente amigo de los atletas y eso esta buenísimo. Y por último y creo que es a quien le debo casi todo porque sin su apoyo incondicional no podría llegar a ningún lado es Willy Quinteros, que más allá de ser un entrenador exigente, que así debe hacer y tiene que ser así y me gusta que se me exija porque sé que es para mejor, es un amigo, mi confidente.
Fuente: Sisanjuan.