Cuando la pasión es grande, los límites pasan a un segundo plano. Se desafían, se rompen. El miedo desaparece y la vida se empieza a disfrutar a pleno. Y si ese obstáculo es la edad, se toma impulso y se le hace frente, con esfuerzo, con ganas de superarse. La decisión de abandonar la comodidad no es para cualquiera, claro está. Hay que tener valor para dejar todo de lado y comenzar a vivir de otra forma, a los 52 años.
Este es el caso de Valeria Quintana, quien hace poco descubrió su amor por el trail running para no abandonarlo más. «Empecé con esto en 2018 gracias a la insistencia de mi pareja, tuve que dejar por la pandemia y retomé este año sumándome a un grupo de entrenamiento MAC con Jorge Nome. Me gusta poder vencer mis limitaciones… Aprender a hacer algo que jamás en mi vida hice, a mi edad tener que aprender las técnicas me ha costado y me cuesta bastante. Correr más kilómetros, evitar lesionarme, no haberlo practicado jamás», dijo en diálogo con La Excusa Deportiva.
«Yo hacía pesas. Estaba entrenando para competir, en la disciplina básica que es la bikini. Y un día mi marido me dijo que fuera con él, nos subimos a la bici, fuimos desde Concepción hasta el Parque Faunístico, hicimos trote, para mí fue fantástico. Y así empecé, él me ha ayudado mucho», agregó esta mujer que dedica al menos dos días de la semana a correr, entrenar y «aprender a mejorar la técnica, sumar kilómetros para apreciar la belleza de la naturaleza», como dice.
Desde que el trail running llegó a su vida, todo es diferente. Ve las cosas de otra forma. «Esta disciplina me ayuda a conectarme con mi propio ser y sentirme parte de lo natural… Es apreciar la simpleza, es desafiarme a que puedo más. Saber que sólo un par de zapatillas y agua se puede ser feliz y plena», señaló. «Por la vida que llevamos, nos olvidamos que somos parte de este todo. De nuestro terruño, de nuestro país, de nuestro planeta. Cuando salís a correr y te adentras en las montañas, los cerros, los ríos, sos vos y la naturaleza», comenta y se le nota el entusiasmo, la pasión en la voz.
Quintana además trabaja en el comercio y es mamá, con todo lo que eso implica. «Me queda poco tiempo para entrenar, pero organicé mi vida en base al entrenamiento, lo priorizo, mi vida gira en torno a eso. Dejo mi alma para poder disfrutar de esta disciplina que es maravillosa, la base de todos los deportes».
Para finalizar, Valeria dejó un mensaje para aquellos que tienen ganas de emprender la aventura, pero aún no se animan. «A todas las personas que se sorprenden por lo que hago les digo que todos podemos, yo los invito a que se sumen, caminando, trotando, corriendo, que sean parte de esto».