Este domingo no se le dio la victoria a San Martín (empató 1-1 ante Mitre de Santiago del Estero), pero sí se dio el sueño del pibe: Matías Giménez Rojas (21 años), surgido de la cantera, hizo su primer gol oficial en la Primera Nacional, con la camiseta de la que es hincha.
Después de un interesante partido que parecía que iba a ser triunfo verdinegro, los santiagueños golpearon primero, a los 34 minutos del segundo tiempo. San Martín, que había hecho el desgaste en todo el partido, recibía un fuerte impacto anímico en Concepción.
Pero después de un centro corto en el área visitante, la peinaron hacia el punto del penal y entró “Klinsmann” para darle a la pelota con pierna zurda, y de aire. A los 37, el sanjuanino ponía el empate y corría hacia la Platea Oeste mostrando la camiseta. Era el momento que tantas veces soñó. Había hecho un gol con los colores que aprendió a querer gracias a su papá, porque toda su familia es verdinegra.
Nacido futbolísticamente en el cantera del club de Concepción, el rubio se ganó el apodo de “Klinsmann” por su parecido físico con el prestigioso exjugador alemán Jürgen Klinsmann.
El futbolista vivió un gran 2018: entrenó con la Selección juvenil y a fines de ese año le llegó la citación para empezar la pretemporada con el primer equipo del Verdinegro.
En abril, entrevistado por el sitio Tiempo de Descuento, Giménez opinó que su llamado a la Sub 20 tal vez no le llegó en su mejor momento: “Todavía no tenía el roce que te da jugar en primera y no había aprendido muchas cosas que ahora sé. Fue una experiencia muy linda que compartí con jugadores que en su mayoría ya habían debutado en primera o que ya estaban en Europa”.
Después tuvo mucha continuidad en el plantel de la Primera Nacional durante 2019, en donde fue titular en la mayoría de los partidos de la primera parte del torneo. En el inicio de 2020 perdió continuidad, siendo relegado al banco de suplentes. Se fortaleció en la cuarentena, entrenando en el fondo de su casa, y logró ganarse la titularidad otra vez, en un plantel casi nuevo, plagado de caras muy jóvenes.
Matías es delantero. Al primer equipo lo subió Rubén Forestello, tuvo continuidad con Alfredo Grelak y con Paulo Ferrari tomó confianza para mostrar ese juego por el que muchos hablaban de él cuando estaba en la reserva.
Al principio jugó de volante, pero en este nuevo proceso tiene la posibilidad de hacerlo arriba. Aunque muchas veces arranca con pelota dominada desde atrás, creando situaciones para que sus compañeros puedan quedar en posición de gol.
En la victoria ante Alvarado en Mar del Plata ya se animó a mostrar su creatividad adentro de la cancha y contra Mitre lo ratificó: hubo algún caño, un taco y algunas gambetas que ayudaron al equipo a limpiar jugadas complicadas y que demostraron el buen momento por el que pasa el juvenil. Nivel que después fue coronado con su anotación en la red.
El joven tiene de ídolos a Ignacio Scocco y Luis Suárez. “Ser hincha del club y haber llegado a primera es algo muy lindo. Lo disfruto mucho y lo vivo de otra manera adentro de la cancha. Para mí San Martín es todo”, había dicho en abril.
“Voy desde muy chiquito a la cancha, desde los 3 o 4 años, con mis abuelos, mis primos y mi papá. Después, a los 8 o 7 años empecé en la escuelita y nunca dejé”, recordó en Tiempo de Descuento.
Ya afianzado en la titularidad, el 11 tiene dos sueños. El primero: volver a la elite del fútbol argentino con el Verdinegro. El segundo: jugar en Europa. Talento para soñar le sobra. El tiempo dirá.
Fuente: TELESOL DIARIO