Fue amor a primera vista, una sensación difícil de explicar con palabras. Es que no hay forma de describirlo. Dejar de la noche a la mañana una actividad que realizó casi toda su vida por otra que apenas conocía, pero que lo apasionó desde el minuto cero. Jesús Muñoz tiene 28 años y jugó al fútbol desde los 16 en su Albardón natal. Pero todo cambión cuando el atletismo entró en su vida.
«Hace tres años hago este deporte. Todo mi tiempo atrás jugué sólo al fútbol en mi departamento, en la Primera División de Defensores de San Martín. Jugaba de 2 o de 6. Hasta que un día uno de mis hermanos me invitó a correr una posta porque se le había lesionado un compañero. Entonces me animé a correr. Luego me invitó a otra posta y me quedé ahí«, dijo el joven en diálogo con La Excusa Deportiva.
Según explicó Jesús, el atletismo tiene algo que el fútbol no. «Las amistades que uno genera, los lugares por donde corre, la satisfacción que genera terminar una carrera luego de tanto esfuerzo».
Casado, sin hijos, de familia numerosa con ocho hermanos, Muñoz también es albañil y sereno en un barrio. Actualmente vive en Villa Villicum.
Sabido es que el la pandemia por coronavirus le puso un freno a casi todas las actividades deportivas. Sin embargo, para no perder estado, las prácticas no cesan. «Hace unos días mi amigo Jorge Perea me invitó a hacer un cross competitivo en 9 de Julio. Busca motivarnos por lo que está pasando con lo del Covid. Yo traía dos semanas entrenando con intensidad después de haber estado tres meses parado por una lesión en mis piernas», comentó. «Muchas veces me voy a la montaña a entrenar dos o tres horas», agregó el joven.
Si bien su carrera como atleta es corta, ya ganó trofeos, medallas, reconocimientos y diplomas. «Tengo dos objetivos grandes: uno correr un nacional de montaña y el segundo hacer el cruce de Los Andes corriendo para San Juan», concluyó.