San Juan volvió a vibrar con la última fecha del Campeonato Argentino de Motocross, y entre los nombres propios que dejaron su huella sobre la pista, dos hermanas fueron protagonistas indiscutidas: Catalina y Delfina Rodríguez, representantes de una nueva generación que combina talento, esfuerzo familiar y un futuro prometedor dentro del deporte.
A sus 12 y 9 años, respectivamente, ambas transitan un camino marcado por viajes, entrenamientos intensos, carreras en distintas provincias y un cierre de temporada que volvió a demostrar por qué hoy son referentes de la cantera sanjuanina.
La carrera en San Juan tuvo un componente emocional especial: competir en casa, frente a su gente, y nada menos que en una pista que ellas mismas vieron nacer. La organización, el trabajo club a club y el crecimiento del motocross local fueron parte del marco que rodeó una fecha cargada de adrenalina.
Una pista exigente y “tipo Estados Unidos”
Para Delfina, la mayor de las hermanas , la pista sanjuanina fue un desafío técnico de principio a fin.
“A mí me gustó cómo estaba la pista. Estaba muy bien preparada. Estaba difícil. Estuvo muy técnica, muy poseada. Era todo el tiempo pozo. No había ningún lugar para descansar”, contó. Su descripción pinta con precisión lo que vivieron buena parte de los pilotos: un trazado duro, físico, con sectores rotos y demandantes.
Catalina, que result{o subcampeona en la categoría 55cc B, por su parte, la disfrutó de otra manera. Con la espontaneidad que la caracteriza, dijo:
“A mí me gustó todo igual, pero me gustó mucho la pista. Estuvo muy buena. Y se podía saltar, pero me gusta saltar”.
Ambas coincidieron en algo fundamental: esta pista, hoy escenario nacional, fue construida pensando en que los pilotos sanjuaninos no tuvieran que viajar tanto para entrenar.
“Antes no teníamos dónde entrenar y teníamos que ir a Mendoza, Córdoba, Buenos Aires. Por eso hicieron esta pista, contaron.

Una temporada de viajes, crecimiento y desafíos
El 2025 fue un año de contrastes para Delfina. Lo empezó con buenos resultados, pero en la primera fecha del Mendozino sufrió una caída fuerte:
“Me choqué con un nene que se había caído y me quebré las dos muñecas”, recuerda.
El camino de regreso fue todo menos sencillo: kinesiología, gimnasio, fortalecimiento y volver a ganar confianza arriba de la moto. Su vuelta se dio en Achiras, Córdoba, donde no solo terminó la carrera: volvió al podio. En el Argentino, finalizó en el cuarto puesto de al categoría principal de Damas.
“Después de la lesión mi primera carrera fue en Achiras… y ahora estamos volviendo a saltar, agarrando ritmo”.
Catalina, en cambio, vivió una temporada llena de viajes y descubrimientos.
“Todas las carreras. Todas las pistas eran muy buenas”, aseguró. Pero hubo una que la marcó especialmente: el Latinoamericano en Uruguay.
“Había muchos pilotos de otros países: México, Brasil, Costa Rica, Uruguay…”, repasó.
Con apenas 9 años —y siendo la más chica de su categoría por dos años—, la sanjuanina se vuelve cada vez más frecuente en podios nacionales. Y su objetivo para la próxima temporada ya está claro:
“Yo el año que viene quiero ser campeona”.
Los trofeos que cuentan historias
Si algo sobra en la casa y la finca de los Rodríguez son trofeos. Entre argentinos, regionales, cordobeses y latinoamericanos, la familia guarda una colección que crece año a año.
Delfina lo resumió así:
“Tenemos una finca y ahí están la mayoría de los premios, y los más importantes en casa”.
Catalina, con orgullo, señala siempre el mismo:
“El subcampeonato del año pasado fue muy bueno”.
Lo más lindo: viajar en familia
Entre entrenamientos, lesiones, campeonatos y podios, siempre hay un denominador común: el recorrido familiar.
“Viajar en familia, pasar tiempo con amigos y conocer gente de otras provincias”, dice Delfina cuando le preguntan qué es lo que más disfruta del motocross.
Y ese, tal vez, termina siendo el verdadero motor de esta historia: un deporte que comenzó como hobby, se transformó en proyecto y hoy es una pasión compartida por dos hermanas que ya le dieron a San Juan más de una alegría… y van por muchas más.
Con 2026 a la vista, Delfina y Catalina Rodríguez siguen acelerando hacia adelante. Y cada salto, cada curva y cada bandera a cuadros las encuentra más competitivas, más seguras y más convencidas de que este camino recién comienza.
La entrevista en ‘EN 4D’