Gustavo Molina vivió su primera experiencia como entrenador principal de UPCN con gran intensidad, liderando al equipo en una fase de grupos perfecta en la Liga Nacional de Vóley Masculina. «El compromiso y la preparación fueron claves para demostrar que UPCN siempre es protagonista», señaló Molina, quien también destacó el apoyo de su mentor Armoa y el resto del cuerpo técnico. Ahora, el técnico encara los play-offs con altas expectativas y confianza en su equipo.
-El balance en la fase regular es súper positivo.
-Sí, la verdad que sí. Fue perfecto. Ganamos los siete partidos, no cedimos ningún set. En algunos partidos, como el primero y el último con UVT, se nos complicó un poco en algún pasaje de algún set, pero lo pudimos remontar. Ahora toca esperar los cuartos de final.
-¿Qué tuvo UPCN para ese paso tan arrollador?
-Yo creo que desde el día uno que empezamos a entrenar, allá por el 12 de noviembre, dijimos: “Bueno, no importa la categoría, no importa dónde estemos, nosotros nos vamos a preparar para lo máximo”. Como siempre hizo el club. Entonces, los entrenamientos fueron muy exigentes, las pesas también. Practicamos distintos sistemas, incluso sin saber mucho sobre los rivales que teníamos. Solo sabíamos los nombres de algunos jugadores, porque había poco video y pocas referencias.
-A nivel personal también hubo algo muy significativo, al ser el entrenador principal.
-Sí, la verdad que estoy muy agradecido por el lugar que estoy ocupando ahora. Estoy feliz, comprometido y dándolo todo, como cuando me tocaba jugar. Siempre he intentado darlo todo en el día a día, para y por el club, para que esté siempre arriba, sea el torneo que sea. Ya sea este torneo que nos tocó ahora, o en otras ocasiones, como cuando competimos y ganamos en el Mundial de Clubes. Nosotros fuimos al Mundial de Clubes a competir, no a sacarnos fotos. Mi objetivo siempre es que el equipo sea protagonista. Estoy agradecido con Armoa, que estuvo conmigo en todo momento. Y me apoyé mucho en los otros compañeros del cuerpo técnico para ir haciendo el recorrido.
– ¡Cómo es tener a Armoa observando detrás tuyo?
-Pasamos diez días juntos en la habitación, aconsejándome, dejándome tomar las decisiones. Fue raro porque siempre fue al revés, pero ahora él me decía: “Vos sos el jefe, vos decidís”. Fue una experiencia muy buena. Creo que lo hicimos bien, y él está contento por mí. Yo estoy completamente agradecido porque, aunque hayan cambiado los roles, él sigue siendo una figura preponderante para el equipo y para mí. Todo lo que sé, lo aprendí de él.
-¿Cómo viviste los primeros partidos?
-Sea el partido que sea, siempre me cuesta dormir porque lo visualizo mucho. Me costó bastante, sobre todo el primer partido oficial. Habíamos tenido amistosos, pero ya con la camiseta oficial, con árbitro y por los puntos, fue raro al principio. La primera charla también fue complicada, quizás alguno de los jugadores te lo puede contar.
Pero una vez que empieza el partido, ya te olvidás y ahí empiezo a salir yo. Vivo mucho los puntos, hablo con los jugadores que tengo cerca en la cancha, con los suplentes. Termino más cansado que ellos, como Gustavo Costa, el técnico de Racing. Me gusta vivir los partidos con intensidad y transmitir esa energía al equipo para que ellos no bajen los brazos.
-Los play-offs comienzan contra UVT, un rival que ya conocen bastante. ¿Qué anticipás de esa serie?
-Así como les ganamos en algunos amistosos, en el cuadrangular y en la fase de grupos, siempre los partidos son distintos. Estos son play-offs, es mata-mata, hay que ganar tres partidos. Va a ser una historia completamente distinta.
Ellos tienen jugadores que juegan muy bien, son aguerridos y no van a querer dejar pasar la oportunidad. Además, van a jugar acá en San Juan, con el apoyo de su gente. Nosotros tendremos el nuestro también. Va a ser un lindo partido, pero diferente a los anteriores. Yo me imagino un escenario más peleado.
-¿Qué fue lo que más te gustó del equipo en la fase regular y qué crees que se debe trabajar?
-Lo que más me gustó fue el entusiasmo, las ganas, la alegría y la buena cara de los chicos durante los diez días. No es fácil estar tanto tiempo juntos, respetando horarios, viendo partidos de rivales, y ellos siempre lo hicieron con buena energía. También me gustó cómo todos enfrentaron los partidos con seriedad, tanto los titulares como los suplentes.
Para mejorar, creo que debemos entrenar más la mentalidad para esos pasajes del partido donde el rival comete errores y el juego se pone un poco “chato.” En esos momentos tenemos que mantener la concentración y seguir adelante sin bajar nuestro nivel.
Por último, ¿qué significa para ustedes que los play-offs se jueguen en San Juan?
-Espero que mucha gente venga a apoyarnos, con los primeros partidos el 8 y el 9 de febrero. Este tipo de eventos son los que necesitamos para que el vóley sea una fiesta. Que sea un contagio para arriba, para que se den cuenta de que la forma en que están jugando no va más. (En el torneo de ACLAV) se han juntado siete veces a jugar y seis fueron en Buenos Aires. Los locales van a jugar con la SUBE y el equipo del interior tiene que pagar hotel, comida, concentración, colectivo. El voleibol necesita esa pasión, que los niños se acerquen, que quieran practicar el deporte. Así es como ayudamos a que crezca. Espero que este torneo sea una fiesta, con el público local y visitante disfrutando.