San Martín viajó a Santiago del Estero para enfrentar a Güemes con la ilusión de traer los tres puntos a San Juan y mantener el buen comienzo del torneo de la Primera Nacional, pero no tuvo la misma performance que en el debut y perdió 1 a 0.
El único tanto del encuentro lo anotó de cabeza Cristian Broggi a los 4 minutos del primer tiempo, tras un tiro libre en el que se produjo una desconcentración en la defensa y el anotador cabeceó al primer palo para convertir, tal vez con alguna responsabilidad del arquero Matías Borgogno.
A partir de ese momento pareciera que todas las acciones del partido fueron casi idénticas. Con San Martín yendo sin ideas, con poco fútbol, pero con ganas. De todas maneras, apenas un disparo de Jonathan Zacaría para alertar la defensa santiagueña fue lo único del Verdinegro.
El segundo tiempo fue distinto en relación a que los cambios fueron positivos. Tal vez lo más auspicioso de la derrota en Santiago fue el debut del pibe Luciano Riveros, que en los minutos que jugó hizo mucho más que Nicolás Franco. El delantero exRivadavia jugó bien con el cuerpo, peleó todas, ganó bien por arriba y generó algo de peligro en el área rival.
También, fue bueno el ingreso de Sebastián González, la manija y el mejor jugador de San Martín en el 2023. El «Pulpito» está intacto y José María Martínez tendrá que pensar en que no es un futbolista para «desperdiciar» en el banco de suplentes.
San Martín fue con todo, estuvo cerca de empatar casi sobre el final con un desborde de Alejandro Molina y una jugada enredada en el área en la que nunca se pudo acomodar Riveros.
El Verdinegro dejó todo, pero con eso no alcanza. En algunos pasajes no jugó bien y eso se notó, sobre todo en el primer tiempo. A cambiar el chip y pensar en lo que viene. Tal vez las modificaciones del segundo tiempo sean un anticipo de lo que pueda pasar en el partido contra los jujeños.
Fuente: Diario Huarpe