Con 28 años recién cumplidos, Carlos Miranda se destaca jugando en el Violeta de Alto de Sierra. Lateral izquierdo, viene de una familia muy futbolera y hoy en día se dedica a continuar la tradición. «Tuve el privilegio de ver jugar a mis tíos, luego a mis hermanos y luego tocó mi turno. Ahora ellos ya no juegan, están grandes, pero no esperan el fin de semana para ir a la chancha a verme jugar. Ellos son el sostén del desafío, del día a día, para llegar bien a mis partidos. Soy un privilegiado, gracias, a ellos a mi familia», contó en diálogo con La Excusa Deportiva.
Miranda comenzó a jugar en el club Sarmiento Cultural Luján. «Ahí es donde crecí y aprendí muchos valores que ahora me llevan donde estoy», añadió. El joven pasó después por Sportivo Huarpes donde jugué 2 años y si bien llegó a la final, no pudo cumplir el objetivo.
Posteriormente llegó a San Martín de Cañada Honda. «Ahí pude coronarme y salir campeón. También perdí una final del Copa de Campeones. Su carrera continuó en Sarmiento y pegó el salto para disputar la B con López Peláez. «Después de 100 años gritamos campeones con ese hermoso club», contó.
Fanático de Boca, Miranda sueña con llevar a su hijo y su viejo a La Bombonera. «Cuando estuve en San Martín en el 2018, gané el campeonato local y si bien no pudimos quedarnos con la Copa de Campeones, ese fue uno de mis mejores momentos. Ahora también ando muy bien», sostuvo.
«No soy un jugador de definirme o destacar mis cualidades, pero trato de dejar lo mejor cuando me toca jugar, siendo positivo siempre y apoyando a mis compañeros», contó.
Al momento de analizar el año deportivo del contunto de Alto de Sierra, el defensor destacó que si bien no pudieron llegar al ansiado título, es uno de los grandes objetivos de cara al 2024. «Lo más importante es del fútbol es la cosecha de amigos, conocer compañeros con talentos extraordinarios. Para el año que viene sueño con seguir con la misma rutina con mi familia y poder coronarme con el Violeta», finalizó.