María Florencia Díaz Philippi, la triatleta sanjuanina radicada en Madrid desde 2018, llegó a San Juan para cumplir con uno de sus objetivos en 2023: correr el Ironman 70.3, pero además nutrirse del cariño de su familia y amigos que la acompañaron en todo momento en la visita a su tierra.
Luego del 8° puesto en la general, 3° en su categoría y de ser la sanjuanina mejor clasificada, ella dice que recibió “un millón de abrazos posteriores, que valen todo el oro del mundo”.
Sobre su experiencia en el Ironman, Florencia comentó: “La verdad que la experiencia fue espectacular, con circuitos impresionantes, imponentes; el evento me pareció todo de primera en general. Respecto a mi rendimiento en carrera quedé conforme, pues había un muy buen nivel. En natación, el lugar fue impresionante, yo no encontré todas las sensaciones que me hubiesen gustado por lo que no me salió todo lo planeado, aunque tampoco estuvo mal; en bici me encontré muy fuerte. Lo que no me pareció bien es que en el circuito hubiera drafting (circular en línea detrás de otro ciclista y aprovechar una menor resistencia de aire) formándose grupitos muy notorios en una competencia que debería ser sin esa posibilidad. Luego me bajé a correr y pude disfrutar un montón porque el circuito era bonito y la gente se mostró super cariñosa, empujándonos con su aliento y yo, particularmente, tuve muchos amigos y familiares, incluso de otras provincias, que llegaron a apoyarme y fue tremendamente emotivo».
En ese sentido, dijo que «luego llegó la parte del autódromo, que fue lo más duro, donde creo que nos cobró lo que el resto del recorrido no lo hizo, pero cruzar la meta y encontrarme con toda esa gente, fue sumamente emotivo, lo que hizo que fuera una carrera muy especial, tanto en lo emotivo como lo sorprendente del circuito que me ha encantado».
Además, señaló que «luego de la carrera me tomé unos días para pasear por la provincia, visité Barreal y otros lugares y ya me toca volver a Madrid y a mi rutina y a comenzar a preparar mi otro gran objetivo del año, si se quiere es el más importante, porque es intentar buscar la clasificación para Kona, Hawai (14 de octubre) y que lo haré en el Ironman de Vitoria (España) en el mes de julio».
En la misma sintonía, comentó que «para esto, al regresar debo ajustar la dieta con el nutricionista y a entrenar –como siempre- todos los días, con doble o triple sesión cuando ya esté de nuevo apta para cargar más volumen, comenzando con 15-16 horas semanales hasta llegar a 25, trabajando cuatro veces por semana cada disciplina y a medida que puedo aumentar volumen, lo hago cinco veces a la semana y por supuesto también gimnasio. Mis rutinas en Madrid son, básicamente, ésas; levantarse muy temprano, sacar un entreno. Descansar, porque hay que preparar el cuerpo para el segundo entrenamiento, volver a descansar. De eso consta, disciplina pura, constancia y repetición, que es lo que sucede cuando uno busca rendimiento. Es lo que me gusta, vivo para entrenar y ya con ganas del próximo objetivo; me llevo de Argentina muchísima energía que renueva, las pilas cargadas y lista para una nueva aventura».
Por último, aseguró que «estoy dedicada 100% al Triatlón, que es, además de mi pasión, mi actual profesión. Hoy como atleta y mañana desde otro lado, pero espero seguir construyendo y sumando algo a este deporte”.