Luego de su actuación en la Copa Atlántico de karate en la ciudad de Mar del Plata, el fin de semana pasado, donde fue 3ª en su categoría y 2ª en el ranking Nacional, Daniela Molina fue notificada de su convocatoria para el XXI Campeonato Sudamericano Senior que se disputará del 24 al 30 de abril en Sao Bernardo do Campo, San Pablo, Brasil. Lo hará en la categoría mayores femenino menos de 68 kg.
Su vida como karateca inició cuando era una niña y desde entonces comenzó a destacarse, integrando la selección de cadetes (14-15 años) y donde tuvo sus primeras experiencias internacionales; al cumplir 18 años decidió dejar la competencia para dedicarse al estudio y poder recibirse en la universidad, donde estudió Ayudante terapéutica en la Universidad Católica de Cuyo.
Una vez logrado su objetivo se decidió a volver a la competencia y desde ya hace unos años, integra la selección argentina en la categoría -68 kg mayores.
Fueron ocho años de inactividad y cuando decidió volver, lo hizo sin intenciones de competir, porque pensaba que estaba “grande”, que la forma de competir había cambiado, con un gran crecimiento del karate y sentía que no estaba para volver al alto rendimiento, por lo que sus entrenamientos eran como hobby y con el propósito de rendir para obtener el cinturón negro y de dar clases.
En 2015 se realizó un torneo nacional de estilos en San Juan y decidió probarse a sí misma; le fue bien y eso hizo que renacieran sus ganas de estar de nuevo en competencia, lo que no fue sencillo, ya que había pasado mucho tiempo y sus últimos compromisos fueron siendo muy jovencita y sabía que volver a la categoría mayor era mucho más complicada, con rivales con más experiencia, lo que hizo difícil volver a posicionarse entre los mejores porque era todo más complicado.
Daniela contó que «durante muchos años fui la única sanjuanina en la selección y actualmente, ya hay más chicas integrándola, con juveniles muy bien posicionadas en el ranking, lo que indica del crecimiento del karate femenino. El año pasado estuve peleando para ir a los Juegos Odesur, donde era importante estar en el podio para poder clasificar, ya que por pandemia, en 2020 y 2021 no hubo ranking al no haber competencia. Venía muy bien, estaba primera, hasta que en el penúltimo torneo del circuito nacional me fracturé la mano compitiendo, quedando afuera por el resto del año, hasta que me recuperé, aunque me quedé sin la posibilidad de seguir sumando puntos. Sin embargo, nos han tenido en cuenta para esta competencia sudamericana. En el Open femenino del mes pasado salí primera y esos puntos me ayudaron a terminar de cerrar esta convocatoria”.