Y un día ganó Peñarol y bien, con contundencia, para que sea -ojalá- el principio de algo bueno para un equipo que no encontraba el rumbo y que aparecían las dudas por todos lados.
Un primer tiempo cargado de buenas intenciones, pero ni Peñarol ni Liniers se lastimaron. De mitad de cancha para adelante, el Bohemio se mostraba filoso, cerca del arco rival, pero cuando retrocedía por momentos era un tembladeral. Así y todo, era parejo y con pocas emociones en los arcos. Tal vez por eso el 0-0 de la etapa inicial reflejaba los sucedido en el campo de juego.
El complemento trajo los goles y, por fortuna para los sanjuaninos, todos para Peñarol que necesitaba como el agua sumar de a tres.
A los 55′ apareció el inoxidable Francisco ‘Pipi’ Salinas que permitió el desahogo para los de Chimbas. De ahí en más, casi que todo se allanó. Cuatro minutos más tarde, Mauro Martínez vio la roja en el visitante y el trámite empezó a ser más que favorable para el local.
La tranquilidad llegaría a los ’72 de la mano de Javier Martínez. Y había más, porque a poco del final llegó el tercero, Maximiliano Osurak, a los ’90.
Victoria, tres puntos y a terminar el domingo de la mejor manera, lejos del fondo de la tabla y la sombra del descenso. El próximo partido del Bohemio será frente a Juventud Unidad de San Luis, en tierras puntanas.
Fuente: Diario de Cuyo