Tiene 16 años y ama el fútbol con locura. Fanática de River, no sólo la apasiona jugarlo. También mirarlo, escucharlo y hasta entrenar, quizás la parte más dura del deporte. Rocío Barrera es delantera en Centenario Olímpico, club que este año logró ingresar a la liga femenina por primera vez en su historia.
«Desde los 10 años que juego en mi barrio, en la calle con hombres y mujeres, pero a los 13 años llegué al club. Acompañaba a mi hermano Emilio que iba a entrenar. Él ya no juega, ahora soy la única de mi casa que tiene esta pasión por el fútbol», contó en diálogo con La Excusa Deportiva.
Brisa contó lo que cada sensación que le causa jugar a la pelota. «Cada día pienso en ir a la cancha y dar lo mejor en los partidos. En los entrenamientos me esmero para poder rendir mejor, todo lo que me pasa en el día me lo olvido en la cancha y me siento bien jugando y estando con mis compañeras de equipo», confesó.
Como cada futbolista, Rocío recuerda su debut en Primera. «Fue contra San Agustín. Estaba muy nerviosa. Arranqué siendo titular y empatamos 1 a 1, yo hice el gol», añadió.
La chica tiene como ídolo a Cristiano Ronaldo, aunque en su puesto le gusta mucho Nicolás De la Cruz.
Con respecto al grupo humano del club de Chimbas, no dudó: «somos muy compañeras en todo, somos muy unidas, compartimos muchísimas cosas, me llevo re bien con todas».
Barrera sueña con lograr el ascenso con Centenario Olímpico y, muy especialmente, con «devolverle todo a mi mamá que me brindó en mi carrera». Sin embargo, no queda ahí. «Mi gran sueño es jugar en River», concluyó no sin antes enviar saludos a Lourdes Julio, Marilin y a Mica Cabello y, por su puesto, a su amada mamá.