Trabaja en el campo, en la construcción, entrena y juega. Tiene sólo 18 años y sabe a la perfección que el esfuerzo y la perseverancia dan sus frutos. Agustín Olivera es el arquero de Atenas, uno de los grandes de la provincia, y no le pesa en absoluto. Pasaron dos años de su debut en Primera y se tiene toda la fe del mundo para poder cumplir sus sueños.
«Yo empecé a jugar siendo muy chico, en una escuelita de mi barrio que se llamaba ‘Las Estrellitas del Medalla’. De ahí me fui a Aberastain, donde estando en inferiores me quebré la tibia y jamás se hicieron cargo de nada. Estuve parado seis meses», recordó en diálogo con La Excusa Deportiva.
Sin embargo, tuvo una rápida revancha. «Un entrenador de la escuelita de Aberastain agarró las inferiores en Atenas y me dijo que me fuera a entrenar con él y lo hice. Y desde entonces estoy en el Mirasol», añadió el joven fanático de River.
Olivera debutó en la Primera División del conjunto de La Rinconada a los 16 años. «No recuerdo mucho del partido, pero sí la previa. Estaba emocionado, pero sobre todo muy nervioso. Fue a una edad temprana, era muy pibe, y encima teníamos fechas atrasadas por lo que jugábamos un partido tras», comentó.
Al momento de definirse como arquero, no duda: «creo que me define mucho la personalidad». ¿Su referente en el puesto? Emiliano Martínez.
«Atenas es un club grande del fútbol local y logró muchas cosas con humildad y sacrificio. Ahora tenemos un plantel corto con el 90% pibes del club. Nos veo muy bien de cara a lo que viene. La verdad es que no tuvimos mucha suerte en estos partidos donde no pudimos sumar y ahora con el técnico nuevo hubo un cambio increíble», señaló con respecto a la actualidad del equipo.
«Este DT tiene otros objetivos, es muy bueno en lo grupal. Hay mucho compromiso, tenemos que sumar», concluyó.