Rubén Eduardo Rojas tiene 28 años y una larga trayectoria en el fútbol, deporte que practica y ama con locura. Comenzó a jugarlo siendo muy chico, primero en el barrio y después en escuelitas de Valle Fértil. «Tuve la suerte de debutar en la Primera de San Agustín cuando tenía 14 años. Es el equipo del que soy hincha, fue muy lindo», recordó en diálogo con La Excusa Deportiva.
Crack desde pequeño, fue tanteado por los ‘cazatalenzos’ de Argentinos Juniors en San Juan. Y quedó preseleccionado. Luego lo vieron los representantes del Bicho en Buenos Aires y también pasó la prueba. Por eso, siendo todavía un adolescente, armó las valijas y viajó a La Paternal para probar suerte en el club que fue cuna nada menos que de Diego Armando Maradona.
Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba. Es que hubo un malentendido entre los encargados de probarlo y decidieron que regresara a San Juan. De todas formas, no regresó al Valle y aterrizó sin escalas en San Martín, donde hizo las inferiores.
«Ese fue el mejor momento de mi carrera, cuando estuve en el Verdinegro, jugando en AFA. Salir y jugar con los equipos más grandes fue lo mejor que me pudo pasar. Recuerdo que entrenaba con algunos grandes jugadores como Sebastián Penco, pero compartir equipo con Lucas Salas fue fantástico. Me impresionaba cómo juagaba, siendo más chico que yo. Era muy lindo verlo jugar», sostuvo.
Yuby, como todos lo conocen, es delantero. Y estando en San Martín, pasé a Joaquín Víctor González de la liga riojana. Ahí San Francisco compró mi pase y actualmente pertenezco a ese club, pero estoy a préstamo en Independiente de Valle Fértil, jugando la Copa de Campeones», añadió.
Rojas es hincha de River y tiene como ídolo a Ronaldinho. Sin embargo, al momento de elegir un referente en su puesto se queda con Karim Benzema. «Acá pude salir bicampeón con Barrio Evita. En San Martín fui campeón cuando jugaba en Quinta y con San Francisco fuimos campeones logrando el ascenso», comentó.
El delantero no recuerda malos momentos que haya tenido que atravesar con el fútbol. «Tuve lesiones feas pero son cosas que pasan, lo demás fue todo hermoso».
Al momento de soñar, desea con toda el alma poder compartir equipo con su hijo, aunque sabe que si llega a dar, no será en poco tiempo. Es que el pequeño sólo tiene 9 años.